Muy pocos sabrían distinguir entre las tendencias house , break beat o drum & bass , y sólo algunos entre el rap y el hip hop, pero no hizo falta. El público se divirtió durante los conciertos del I Cáceres Dance Music Festival celebrado en el recinto hípico, que reunió a 1.000 jóvenes en la noche del viernes y a cerca de 1.300 en la madrugada del sábado. Las actuaciones de esta última jornada se prolongaron hasta las 3.30 sin altercados, según fuentes municipales.

No obstante, numerosos jóvenes hicieron botellón en el exterior pese a haber comprado las entradas, y sólo acompañaron a los artistas más conocidos. Algunos vendedores de bebidas y bocadillos se apostaron en la puerta para hacer su agosto. La estrella de la noche y de esta primera edición fue la banda Rakel Winchester, formada por Rakel Riquelme (vocalista y compositora) y su grupo. Saltó al escenario con una buena acogida. Sus letras, censuradas en algunas frecuencias radiofónicas, se llevaron las sonrisas, los coros y los aplausos de un público que estuvo con la cordobesa de principio a fin. "Nos lo hemos pasado muy bien durante el concierto", explicó ayer.

También actuaron en la madrugada del sábado los placentinos Breack, Ugo DJ, Gnómadas, Federico DJ y el grupo pacense Sinestesia. El concejal de Festejos, Lázaro García, aplaudió ayer la organización del concierto, a cargo del propietario de la sala cacereña Belle Epoque, Agustín Nieto. "La coordinación ha sido muy buena, excepcional. No dudaremos en cederle el hípico si vuelve a solicitarlo, porque tenemos que potenciar a los empresarios de esta ciudad con capacidad y ganas", dijo el edil.

El festival dance , primero en Extremadura, nace para convertirse en punto de encuentro juvenil y en plataforma de nuevas promesas. La organización, satisfecha con los resultados del viernes, tendrá que valorar la afluencia del sábado para ofrecer un balance final.