Casi mil años contemplan la muralla cacereña, levantada en el siglo XII por los almohades sobre la primitiva fortificación romana. Sus daños son numerosos y diversos: ambientales (agua, temperaturas, viento...), de tensión (peso de las estructuras) y biológicos (hongos, bacterias, vegetación...). Por ello, los técnicos afirman que la restauración de este primer sector Sureste o Mural de San Marquino, el más afectado, supondrá una «mejora radical» y además triple: física (consolidación de lienzos y torres), visual (paisajística, turística...) y funcional (lugares que podrán hacerse visitables).

La primera fase permitirá restaurar los 3 primeros tramos del total de 14 en los que el Plan Director de la Muralla divide sus 1.140 metros. Incluye dos torres albarranas, dos torres de flanqueo, dos lienzos de paso albarrano, tres lienzos de muralla, otro de antemuralla (barbacana), una puerta y un baluarte. La mala conservación de este sector genera humedades y el desprendimiento de revestimientos. Además, ya se están demontando elementos añadidos en pasadas décadas para levantarlos según las técnicas originales.

De hecho, el plan director contempla la reconstrucción de algunos volúmenes perdidos en puntos que afectan a la correcta lectura de la unidad de la muralla. Los 3 tramos incluidos en la primera fase se dividen a su vez en 9 segmentos, según el plan director, que señala qué hay que hacer en cada uno. En general, primero se abordará el deterioro de los materiales (tapial, encintados, morteros, mampostería...), y después se eliminarán las alteraciones (manchas, vegetación, grietas...). Veamos los trabajos de forma pormenorizada:

1. Torre de la calle Hernando Pizarro. Necesita recuperar la capa del tapial perdida en la cara Sur, coser sus esquinas, proteger la parte superior, canalizar adecuadamente las aguas, limpiar la costra negra y tapar las oquedades.

2. Lienzo de la zona sureste. Es bastante amplio y también precisa proteger su coronación, ejecutar un buen drenaje, recuperar revestimientos y reconstruir zonas sueltas con mortero de cal.

3. Cubo del Olivar de la Judería. Requiere una exhaustiva impermeabilización y canalización de aguas para evitar escorrentías superficiales, así como el rejuntado y reposición de mampuestos.

4. Torre de los Aljibes. Obligará a un trabajo complejo según el Plan Director de la Muralla, al estar casi derruida: asegurar la traba entre la torre y el lienzo Sur, recalce, frenar el deterioro y la pérdida de material, ejecución de drenajes y evacuación de aguas, coronación de los lienzos, recuperación del volumen perdido del tapial...

5. Lienzo exterior del Baluarte. Pide a gritos una restauración de su coronación, recuperar el volumen de las almenas, reconstruir los encintados de cal y recobrar el volumen perdido de la fábrica de tapial, además de los trabajos comunes a todos los tramos (eliminar vegetación, grietas, fisuras..).

6. Torre de los Pozos. Necesita las mismas actuaciones que el lienzo anterior, además de su impermeabilización y el acondicionamiento de las escaleras a la sala inferior y a la terraza.

7. Lienzo de San Roque. Ya se están demontando añadidos recientes para recuperar la técnica original. Además hay que drenarlo e impermeabilizarlo.

8. Torre del Río. Precisa restaurar sus almenas y acondicionar la subida con peldaños y pasamanos. El Plan Director propone su apertura al público.

9. Arco del Cristo. Es la entrada más antigua a la ciudad, del siglo I, por eso necesita frenar sus humedades y eliminar el cableado. También se restaurará el lienzo adyacente (juntas, cepillado de sillares...).