Un perro blanco ha estado ocho días abandonado en el balcón de un piso de la calle Ronda del Carmen, una vivienda que tiene dueño e inquilino desaparecido, desahuciado por impago. Pero el caso es que la ley no protege al animal. Se protege la ley, pasan los días, no se quiere infringir la ley, el animal ni come, ni bebe, ni pasea, y la lenta ley humana pone en peligro la vida del perro blanco, un ser vivo también. Haría falta que en el futuro las leyes fueran mucho más rápidas en estos casos extremos tanto de seres vivos como de seres humanos.