Les faltaron las camisetas con un gran No o un Todos con Pilar Boyero , pero hubo pancartas y hasta un manifiesto solidario y reivindicativo. Una treintena de cacereños, entre artistas, amigos y varios vecinos de la cantante quisieron así expresarle su solidaridad por el derribo parcial de su casa, decretado por un juez al considerar que la licencia que otorgó el ayuntamiento a la artista para hacerlo era ilegal, por lo que ha empezado a derribarlo.

Allí estaban los pintores Abigail Narváez o Valentín Batalla, el exconcejal del PSOE e historiador Francisco Acedo, actores de LaBotika, algunos periodistas y otros amigos, que se concentraron ante los andamios que utilizarán los operarios contratados por el ayuntamiento para recortar la casa en 50 centímetros y dejarla como estaba antes de la reforma, como pedía el vecino que denunció al ayuntamiento por permitir esa elevación que le quitaba a él las vistas a la Montaña.

En ´España directo´

Durante unos minutos, todos se agruparon ante un pequeño televisor dispuesto hacia la calle para ver el reportaje de España directo que TVE había grabado por la mañana haciéndose eco de las informaciones de este diario. A continuación, Francisco Acedo leyó el manifiesto en el que se denuncia el "doble rasero" con el que se actúa en Cáceres, porque "mientras Pilar y Enrique han levantado medio metro con licencia municipal, administraciones, bancos, cadenas hoteleras, hacen cuanto les place en monumentos y ninguna administración les frena".

"Están matando nuestra parte antigua --dice el escrito--. Cuantos vivimos en esta zona podríamos enumerar, hasta el hastío, todas y cada una de las trabas que se nos han impuesto para seguir viviendo aquí".

Con lágrimas que no pudo contener al final del acto, pero con sentido del humor y claveles, Pilar Boyero agradeció todo el apoyo recibido. "Ojalá, todas las personas que atraviesan un mal momento tuvieran el apoyo que yo he tenido y se sintieran tan queridas. Hasta vecinas me han ofrecido su casa para que no me vaya lejos del barrio", contó.

La cantante y su pareja llevan tres años viviendo en esta casa del número 9 del Barrio de San Antonio que ahora, "indignados", tienen que abandonar para que se derribe el altillo, donde ellos tienen su dormitorio y el único de la vivienda por sus escasas dimensiones. Muebles, el baúl de la abuela de la cantante con sus vestidos de las galas y otros enseres cruzaron la puerta ante pancartas que decían Hogar desmantelado para subirse a un camión de la mudanza.