Cinco calles del casco viejo, Caleros, Cuesta Maestre, Hornillos, Fuente Concejo y Villalobos, se encuentran en obras para introducir mejoras en el entorno. Las tres primeras se han levantado al mismo tiempo para acortar los plazos. Pero la mayoría de los vecinos de la zona se quejan de la dificultad de accesos a sus casas y piden una mayor rapidez en la ejecución de los trabajos. Otros, sin embargo, se muestran optimistas con la reforma pese a estas molestias.

"Espero que acaben pronto porque las calles se encuentran en muy mal estado. Por aquí vive mucha gente mayor que apenas salen de sus hogares por miedo a tropezar con las piedras. Toda la zona de obras está levantada", explica Juan Antonio Ferrer, vecino de Caleros.

Otro residente, Teodoro Barriga, considera que "es bueno que se hagan mejoras en estas calles porque han estado abandonadas durante mucho tiempo, y las obras eran muy demandadas".

UNA REFORMA INTEGRAL El objetivo de las actuaciones es reformar el pavimento y los servicios subterráneos, cambiar las tuberías de agua potable, introducir el gas, sustituir los acerados por losas de granito y dotar de nuevo empedrado a la vía.

El ayuntamiento ha dividido las obras en cuatro fases: la primera abarca desde la mitad de Caleros hasta Santiago, Hornillos y Cuesta del Maestre. En segundo lugar se acondicionará el Arco del Socorro y Arco de España. La tercera fase se centrará en el resto de Caleros hasta Concejo y el Arco del Cristo. Y la última fase será la de Villalobos.

El consistorio ha presupuestado el eje Caleros-Villalobos en un millón de euros para la mejora de un área de 5.500 metros cuadrados en diez meses.