Los vecinos ya están cansados. Aseguran que llevan años sufriendo las consecuencias de una amplia colonia de pájaros que habita en una zona de la urbanización R-66-B, cuyos efectos se dejan notar a diario sobre los vehículos, el mobiliario urbano, los alféizares de las ventanas... «Resulta muy molesto, es imposible que el coche te dure limpio un solo día si lo aparcas en esta zona porque se llena de excrementos en cuestión de horas», explica María, una vecinal de la calle Isla Tenerife.

Y es que el principal foco se localiza en la confluencia de esta vía con Islas Baleares, donde, desde hace muchos años, existe una gran dormidera de pájaros que no para de crecer, o al menos ésa es la sensación de los residentes. Un paseo por la zona evidencia sus consecuencias. Las barandillas, el pavimento, los bancos, las papeleras... todo está cubierto de excrementos. «Es insoportable... Ni siquiera podemos aparcar los coches debajo de los árboles, los vamos dejando entre árbol y árbol para esquivar la suciedad, pero siempre cae algo. Es desesperante», detalla otro vecino. De hecho, en la zona hay poco estacionamiento y este problema lo condiciona más aún.

A los residentes también les desespera el olor que desprenden los excrementos, «como estiércol», especialmente cuando la lluvia tarda en hacer aparición. Los propios vecinos limpian sus ventanas y terrazas, pero la calle se queda tal cual hasta que llega un chaparrón. «En cuestión de horas vuelve a ensuciarse», lamentan. Todo ello sin olvidar el bullicio que genera la dormidera. «En cuanto amanece ya los tienes en tu ventana, y un día tras otro se convierte en un problema», afirman.

Parece difícil encontrar una solución definitiva. Pero los vecinos consideran que la suciedad, el olor y los ruidos se podrían reducir con una poda periódica de los numerosos árboles que existen en esta urbanización. De hecho, hay tramos en los que las ramas se meten literalmente dentro de las casas si no fuera porque los vecinos las van eliminando. Todo ello no hace más que agravar las molestias.

«En Isla Tenerife sí se realizan labores de poda periódicas, pero da la sensación de que solo eliminan las ramas que más sobresalen. En Islas Baleares, que es peatonal, hace años que no se han podado los árboles, y cuando lo han hecho no se han quitado algunas ramas secas. Ahí se concentran muchos pájaros», relatan los vecinos, que piden al ayuntamiento que actúe. «Entendemos que en la ciudad habrá situaciones más complicadas, pero necesitamos una solución, llevamos años con este problema», subrayan.