Antonio Hurtado es el barrio de las dos caras. Hay vecinos que agradecen vivir en un lugar así. Mientras que hay otros que tienen una lista de quejas.

Los más perjudicados, los más mayores. La cuidadora de una de ellas que está en silla de ruedas aseguraba que la barriada carece de rampas e infraestructuras para este tipo de situaciones. «¡Mira el brazo que tengo!, esto es de todo el esfuerzo que estoy ya cansada de hacer», declaraba.

A esto, se le añade el mal estado de las aceras que ha provocado alguna caída en lo que va de año, según han informado vecinos y comerciantes de la zona que han sido testigos de ellas. Denuncian que «hay numerosas baldosas rotas y sueltas». «¿Está Cáceres verdaderamente preparada y adaptada para este tipo de personas?», planteaba una de las persona mayores.

Los trabajadores del barrio exigen más aparcamientos, e incluso un parking en la zona. «Pagaría hasta 50 euros al mes por él. Hay días que estoy hasta 20 o 30 minutos dando vueltas para un hueco», explicaba uno de ellos.

Asimismo, hay numerosas personas que declaraban que, a su juicio, sobra zona azul y desean que se produzca una reducción del número de plazas.

Los dueños de los negocios no se quedan atrás y confiesan sentir una dejadez por parte del ayuntamiento, pero que ya están «acostumbrados» a ello. «Gobierne quien gobierne y esté quien esté, nadie va hacer nada», zanjaba una de ellas. Con nostalgia recuerdan los tiempos en los que la barriada era una zona bastante comercial en la ciudad.

Algunos vecinos declaraban reiteradamente que, a su juicio, el dinero que se emplea en los barrios «no es equitativo» de unos a otros. Molestos expresaban que las calles laterales de los barrios están «bastante» descuidadas.

«San Vicente de Paul está triste. Vienes por la noche y te da miedo pasar por ahí. Es que no hay ni buena iluminación allí. La mayoría de los comercios están cerrados. Antes esto no era así», afirmaba uno de ellos.

Otras de las inquietudes de la barriada es la preocupación que se tiene con respecto al tema de la basura y las heces caninas. El alcantarillado se suma a esta protesta. Alguna comunidad de propietarios protesta por el olor que les llega «A mí la peste me entra en casa, pero lo peor está por llegar», reprochaba una de las vecinas del bloque.

Por otro lado, los vecinos de la zona han reivindicado algún tipo de regulación para que no tenga lugar ningún tipo de problema entre el cruce existente entre Antonio Hurtado y Reyes Huertas.

Los residentes piden al ayuntamiento que se adopten medidas frente a todas las deficiencias que, según ellos, tiene el barrio. Esperan y desean que así sea. Algún vecino aspira poder reunirse con el nuevo ayuntamiento para exigir las cosas que urgen en la barriada. «Yo lo que quiero es calidad de vida para todas las personas que viven en esta zona», zanjaba uno de ellos.