En estos momentos tan dolorosos por no tenerte a mi lado, hermana, aún quiero soñar que estás conmigo. Te llevaré en mi corazón cada segundo de mi existencia. El día 6 de junio podría haber sido uno más en mi vida, pero fue el más triste. Una parte de mí se va contigo.

Te digo adiós para siempre, aunque toda la vida que me queda siga pensando en ti. ¡Qué triste fue la despedida! ¡Qué sola me has dejado, hermana!

Sí, Emilia... Estoy muy orgullosa de ti. No puedo controlar mi llanto al pensar todos los años y todos los momentos que hemos pasado juntas. Espérame en el cielo, hermana mía. Nos volveremos a encontrar. Te quiero.

* La autora de este obituario es Saturnina Vaca Laso