Los alumnos de la academia de inglés Wall Street no podrán recuperar el dinero que pagaron por un curso que no han terminado. Así lo aseguró ayer el concejal Felipe Vela, juez-comisario de la quiebra, durante la celebración en el Juzgado de Instrucción Número 5 de la primera junta de acreedores en la que se nombró síndico a la depositaria de la quiebra, Gracia Porras Rodríguez. A partir de ahora ella tendrá la responsabilidad de administrar los bienes y defender los intereses de los afectados.

El juez convocó a los 200 acreedores y la junta quedó constituída con la presencia de 58 de ellos, que representan un pasivo de 53.000 euros (unos nueve millones de pesetas). Sin embargo, la falta de activos de la entidad quebrada imposibilitará que los acreedores perciban su dinero.

En su encuentro con los afectados, Vela explicó la situación real de Wall Street en Cáceres. Recordó que la empresa no tiene actividad y que aplicó un expediente de regulación de empleo que supuso el despido de todos ellos. La academia estaba en un local alquilado. El actual propietario ha interpuesto una demanda de deshaucio y el juez ha citado a la quebrada para el jucio que se celebrará el 15 de julio.

El juez comisario alcanzó un acuerdo con el abogado del propietario del local para que éste pague las instalaciones y mejoras que Wall Street realizó en su propiedad y que se han tasado en 6.250 euros (un millón de pesetas). El dinero servirá para hacer frente a los gastos de la quiebra.

En cuanto a los ordenadores, se devolverán al BSCH (son los propietarios) y se alquilará un trastero para poder guardar algunos enseres y la documentación. El juez comisario señaló que propondrá el archivo de la quiebra por la falta de activos.