EDAD 46 AÑOS.

NACIDO EN SAFI (MARRUECOS).

FORMACION LICENCIADO EN HISTORIA CONTEMPORANEA POR LA UNIVERSIDAD MOHAMED V DE RABAT. HIZO LUEGO EL DOCTORADO EN LA UNIVERSIDAD DE EXTREMADURA.

Con una amplia experiencia en inmigración, este experto ha trabajado en Talayuela y Navalmoral para la Junta de Extremadura, Cruz Roja y el ayuntamiento moralo. En la actualidad desempeña su labor en Cáceres como responsable del programa para extranjeros de Cáritas.

--¿Cómo llegó a Cáceres?

--Nunca se me pasó por la cabeza venir aquí. Tenía un visado para ir a Francia a hacer el doctorado pero un pariente lejano que vive en Cáceres me recomendó que viniera a España.

--¿Qué necesidades tienen los inmigrantes que atiende?

--Piden asesoramiento jurídico, información y ayuda económica para pagar alquileres o alimentos. También solicitan clases de castellano. A las mujeres les sensibilizamos en temas sanitarios, higiene y alimentación.

--¿Hay carencias en la atención?

--Hay recursos sociales pero no están bien coordinados a nivel local y comunitario. Es un fallo muy grande porque se repiten cosas o se ve como competencia.

--¿Qué supuso el proceso extraordinario de regularización?

--Que los inmigrantes puedan tener un permiso de residencia. Pero han sido ficticios porque el ámbito de las ofertas de trabajo para inmigrantes es restringido. Hay determinados trabajos que sólo hacen ellos como el empleo doméstico. Ningún español puede admitir que le contraten por el salario que le ofrecen a un inmigrante. Hay un concepto de vida burgués y la gente les quiere para que estén día a noche al cuidado de ancianos e hijos pagándoles una basura. Además han tenido que pagar a las mafias para venir a España.