A la cantaora Raquel Cantero le parece muy bonito que al menos una vez al año todos los cacereños estén unidos a través de la feria. El pasado jueves fue su turno y se acercó para disfrutar junto a su familia.

--¿Algún recuerdo de la feria que guarde con cariño?

--Muchos. Pero siempre recuerdo la feria vinculada con el flamenco, porque coincide con el festival flamenco en Cáceres y he tenido la suerte de participar en ellos. De hecho, mi primer traje de sevillana me lo regaló mi madre con motivo de la feria y aún lo conservo.

--¿En qué sentido cambia cuando deja de ser una niña?

--Yo creo que cuando eres niña vas con la ilusión de montar en los cacharritos o en los caballitos, la atracción que en mi caso nunca podía faltar. Hoy día el tema de las atracciones lo vivo menos porque me he vuelto muy miedosa, así que me quedo con el tema de las casetas, el bailoteo y las copitas.

--¿Canta algo en las casetas?

--La verdad es que en las casetas no suelo cantar, pero siempre que nos juntamos en la familia hacemos un corrillo y acabamos cantando o bailando. La fiesta flamenca nunca falta. A las casetas una va a desconectar y a pasar un buen rato.

--Entonces... ¿cómo la vive?

--Lo que más me gusta de la feria es irme a tomar las cañas al mediodía con mi familia. Tenemos como norma ir todos los años y juntarnos.

--¿Ha ido este año?

--Claro que sí. Este año he procurado ir casi todos los días aunque fuese a dar una vueltecita, pero en función de cómo le ha venido mejor a mi familia por motivos de trabajo.