El gobierno local dio ayer por finalizada la segunda fase de realojos en el Bloque C de la calle Ródano, el más conflictivo y marginal de la ciudad en Aldea Moret. Siete familias que residían legalmente en este edificio escrituraron ante notario y recibieron las llaves de las viviendas que el ayuntamiento ha reformado en la misma barriada para poder vaciar el inmueble, en una situación pésima y que está previsto destinar a otros usos aún por definir.

Dos años le ha costado al equipo de gobierno socialista darle una solución a los residentes del bloque, "un problema enquistado" como lo definió ayer la alcaldesa, Carmen Heras, en una comparecencia conjunta con los concejales de Asuntos Sociales e Infraestructuras, Marcelina Elviro y Miguel López, respectivamente. Los vecinos pagarán entre 18.000 y 21.000 euros por sus nuevas viviendas.

Sin embargo, todavía no hay fecha para poder cerrar el edificio, ya que quedan por resolver dos expedientes judiciales de desahucio sobre las familias que ocupan ilegalmente viviendas. Heras dijo que espera resolver esta situación "en un tiempo corto" y recordó que se trata de casos "complejos y delicados" porque entre los inquilinos hay siete niños y no se descarta un acuerdo con las familias para no ejecutar los desahucios.

SATISFACCION En cualquier caso, la alcaldesa se mostró ayer satisfecha por que los realojos hayan podido consumarse y dijo que se trataba de "un día importante para la historia de la ciudad, ya que las familias podrán salir de un bloque que se ha convertido en un lugar de desidia, suciedad, abandono y marginalidad". Heras añadió que los vecinos ocuparán a partir de ahora "una vivienda digna" y que esto supondrá "un gran paso" para Aldea Moret.

La regidora recordó que el Bloque c "era un problema que llevaba mucho tiempo sin resolverse" y reconoció que las instituciones "se habían tirado la pelota unas a las otras", lo que ha repercutido en la calidad de vida y la imagen de Aldea Moret.

Heras habló también de un proceso "largo" y apuntó que esta segunda fase de realojos supone "un paso de gigante" para resolver el futuro del edificio. En la reforma el ayuntamiento ha invertido 162.000 euros en diez viviendas de la barriada.