Una iniciativa ciudadana ha comenzado una campaña de apoyo a los hosteleros y políticos condenados por los ruidos en la Madrila. Durante todos los viernes del mes de agosto, de 10.30 a 14.30, van a instalar una mesa en la plaza de San Juan para recoger firmas de apoyo para los procesados, que entregarán al gobierno central y al Ministerio de Justicia, con el fin de conseguir que los hosteleros, condenados a dos años y tres meses de prisión, no ingresen en la cárcel.

Además, han creado una página de Facebook llamada ‘Yo también hice ruido en la Madrila’, que ya cuenta con 1.700 adhesiones, donde cada miebro se declaran «cómplice y, por tanto, culpable de los ruidos de La Madrila entre los años 80 y 2010».

Una de las integrantes de este colectivo, María José Castro, atendía ayer la mesa donde se recogían las firmas. Aunque aún no pueden dar una cifra exacta del número de ellas reunidas, porque también recogen apoyos en diferentes bares de la ciudad, Castro asegura que sólo en la web Change.org ya han alcanzado más de mil.

Con estas firmas, «pedimos el indulto tanto para Carlos Jurado y Carmen Heras como para los hosteleros, porque la sentencia es desproporcionada», explica María José Castro. «Carmen Heras, que estuvo cuatro años gobernando, no se puede comer treinta años de ruidos en la Madrila», concluye.

La mesa despierta el interés de un gran número de transeúntes, que se paran a escuchar los motivos de la recogida de firmas y, en muchos casos, apoyan con su rúbrica la petición. Manuela Sánchez es vecina de la Madrila, donde ha residido 52 años. Asegura haber sufrido los ruidos de antes y los de ahora, «es verdad que los locales están insonorizados, pero abren las puertas y entonces sale todo el ruido». Sin embargo, a pesar de que afirma llevar «toda la vida» quejándose por esta situación, Manuela Sánchez opina que «la cárcel no es la solución, no adelantamos nada», por eso ha firmado la petición.

Según María José Castro, la iniciativa está recibiendo un gran apoyo entre las personas muy jóvenes y las mayores, «que no estuvieron en la Madrila», lo que a su juicio evidencia que «la sentencia es desproporcionada» y así lo perciben los cacereños.

Castro apunta a que el ayuntamiento de la ciudad debería trabajar en «concienciación ciudadana contra el vandalismo y a favor del civismo», para compaginar ocio y descanso, en colaboración con los bares, «porque este es un trabajo de todos», afirma.