Cáceres arranca esta mañana a las 11.45 en punto una nueva Semana Santa con la tradicional procesión de La Burrina. Los actos de este año están marcados por la pretensión de la Unión de Cofradías Penitenciales de hacer de la Pasión cacereña una fiesta de interés turístico internacional, distinción que concede la Unión Europea.

El presidente de la Unión, Luis Jiménez Pulido, comentó ayer que al menos media docena de ciudades cuentan con esta categoría y citó a León, Zamora, Salamanca, Cuenca, Sevilla, Málaga o Valladolid como ejemplos. El responsable de las cofradías cacereñas subrayó que el expediente se iniciará el próximo año porque previamente se difundirá la Semana Santa por otros países europeos.

Mientras tanto la Semana Santa, que desde el 2002 es fiesta de interés turístico nacional, daba ayer los últimos retoques para su puesta de largo. En la concatedral de Santa María, la cofradía del Cristo Negro entregó los premios Muñidor del Año. Esta vez las condecoraciones recayeron en el Cabildo Catedralicio --acudió el deán José Antonio Fuentes-- y en Román Corrales, jefe de pasos de la imagen desde 1986.

El mayordomo de la cofradía Alonso Corrales explicó que el muñidor representa a "una figura entrañable" de la Edad Media que iba delante de la procesión con unas esquilas o carracas llamando al recogimiento de los vecinos. El personaje se ha rescatado para dar nombre a un premio que quiere reconocer "a personas e instituciones que colaboran con nuestra cofradía", dijo Corrales. El premio se concede hace siete años y consiste en la entrega de una estatuilla de barro, obra de Joaquín Cordero Valle, que representa al muñidor.

EL ROBO DE LA CORONA El punto oscuro de los días previos a la fiesta lo protagonizó el robo de una corona de filigrana de una réplica de la Virgen de la Esperanza que se encuentra en el templete del paso de la Esperanza, que ha sido restaurado y que desfilará el Miércoles Santo. El mayordomo de la cofradía de los Ramos, José Manuel Martín Cisneros, lamentó el suceso, que tuvo lugar en el interior de la iglesia de San Juan. La corona no tenía gran valor económico, pero sí sentimental. La réplica desfilará con una aureola adquirida en una tienda cacereña hasta que se compre otra corona.

Pese a todo, a las puertas de San Juan se vendieron las palmas de pan (más de 500) y las palmas de procesión (unas 400). Hubo besapié al Cristo del Humilladero en Espíritu Santo y por la tarde, la Compañía Romana de Cornetas y Tambores de la Cofradía del Santo Sepulcro de Bolaños (Ciudad Real) desfiló y realizó una exhibición en la plaza Mayor, que estrenó graderío. Patrocinó Caja Extremadura.