Tenía la seguridad de que en el ‘guirigay’ de simplezas que surgen actualmente todos los días en boca de nuestros actuales políticos, alguno acabaría diciendo ante los micrófonos de alguna emisora o enmarcado por la pantalla de televisión, alguna ocurrencia disparatada, de las muchas que los ‘portavoces’ de los nuevos partidos políticos suelen soltar como emblemas de su ideología.

Efectivamente, en uno de sus exaltados mítines ‘historicistas’, un destacado líder de la derecha más significada ha asegurado que su Programa electoral viene dictado por la ‘Reconquista’. Pues según este peculiar ‘Santiago y cierra España’ ‘Nuestro país está protegido contra la inmigración africana por la ‘Reconquista’ de ocho siglos contra el poder musulmán, que le sirvieron de ‘vacuna’ contra moros y judíos. También contribuyó esta ‘Reconquista’ - según él, aunque no según la Historia - para forjar una patria unida, cristiana, llena de virtudes y con fuerza para rechazar separatismos, progresismos o ateísmos que disuelven los lazos de la fe.

Aparte de la notable ignorancia histórica que representa esta afirmación, hay que resaltar lo extemporáneo y descoyuntado de tal ‘vacunación’, ya que, se mire por donde se mire, la llamada impropiamente ‘Reconquista’ fue un proceso histórico totalmente contrario a lo que este ‘brillante’ prócer político afirma.

‘Reconquista’, ‘Cruzada Nacional’, ‘Por Santiago Matamoros’ y otras expresiones de la pasada Edad Media, solamente conservan su sentido de odio a otras gentes, a otras razas y a otros pueblos entre los ‘conservadores’ de las ‘esencias patrias’, que aún siguen intentando imponerlas por la fuerza, por la represión o por la Inquisición, como ya ocurrió en los lejanos siglos de acendrado catolicismo. Pero que nunca calaron en las mentalidades de los hispanos. Ni entonces ni ahora.

La ‘Reconquista’ fue un invento tardío de los más ‘forofos’ papistas para designar - ya en el siglo XII - la contienda desarrollada en la Península contra el Islam; como la que los Papas habían provocado en Tierra Santa contra turcos ‘seljúcidas’ y contra los judíos, secundando los intereses de monjes y nobles de la vieja Europa, para aplastar el próspero negocio de los judíos - ‘deicidas’ y matadores de Cristo - en todas las ciudades del Imperio Romano-Germánico - como financieros y prestamistas; y para extender los ‘señoríos feudales’ al, Asia anterior, que había caído en poder de los Sultanes musulmanes.

Las sangrientas ‘Cruzadas’ y los crueles ‘cruzados’ pretendieron hacer lo mismo en la próspera ‘Al - Andälus’, en la que convivían pacíficamente cristianos, musulmanes y judíos, gozando de una notable paz y prosperidad, que hacía de sus ciudades núcleos de cultura, de prosperidad y de convivencia. En el año 711, los visigodos - entonces dominadores de ‘Hispania’ - llamaron y acogieron a los guerreros berberiscos como aliados de uno de los bandos, en su interminable guerra civil. Proclamaron rey a su emir Al-Qadïr, que se casó en Toledo con la viuda del último usurpador germano; y llegaron en sus expediciones hasta el valle de la Loira, donde fueron detenidos por los ‘francos’.

En todos los núcleos visigodos los musulmanes fueron acogidos como nuevos gobernantes, y solamente en los valles de Asturias - en las laderas de la ‘Cova d´Onga’ - parece que hubo una refriega de pastores y ‘gardingos’, comandados por un tal ‘Pelagius’; donde también se apareció la mismísima Virgen María, que fue considerada su santa protectora.

Tres pueblos, tres culturas y tres religiones convivieron desde entonces en todas las viejas ciudades hispanorromanas; y su capitalidad: Cúrtuba, fue la corte califal más brillante, culta, y desarrollada de toda Europa.

Hoy España es el país que cuenta con un mayor ‘Patrimonio de la Humanidad’ en la lista de la UNESCO; precisamente por esta convivencia pacífica y creadora de las tres civilizaciones. No por sus guerras ni destrucciones o asedios, como pretende ‘Santiago y cierra España’ en sus fantasías mitineras, seguramente para que le voten los más ‘forofos’ de los conservadores.

*Profesor