Tan cercanas y tan distintas. Así son las iglesias que se encuentran a ambos lados de La Raya lusoextremeña, a lo largo de sus casi 400 kilómetros de extensión, que han centrado el tema elegido por Berta María Bravo para su tesis doctoral, presentada recientemente en Cáceres, en el Rectorado de la Universidad de Extremadura. Este trabajo académico, dirigido por el profesor Manuel Garrido, ha logrado la calificación de sobresaliente cum laude por unanimidad.

"He nacido y me he criado en la zona fronteriza", cuenta la nueva doctora en Historia del Arte, que ha estado seis años recorriendo la frontera para realizar este exhaustivo trabajo de investigación. "Hay edificios magníficos a ambos lados", afirma Bravo, que no oculta su inclinación por la arquitectura religiosa.

Pero había más razones para centrar una tesis en las iglesias de La Raya. "Son muy desconocidas, incluso para mí, que soy de Valencia de Alcántara". Con su obra, que espera ver publicada pronto, se ha pretendido cubrir este vacío, al ser la primera vez que se estudia de manera comparada la arquitectura religiosa en dos territorios tan próximos.

Exhaustivo análisis

En total, la tesis analiza, comparándolas, 58 iglesias, de las cuales 24 se encuentran en Extremadura. Las restantes se reparten entre las regiones del Alentejo y Beira Baixa. "Hemos realizado una monografía de cada iglesia compuesta por las plantas de los edificios, amplios repertorios bibliográficos, documentación histórica y bibliografía".

La Raya nunca fue una frontera hermética, sino que los maestros "iban de un lado a otro". Sin embargo, siempre estuvo presente la voluntad de "querer hacer arquitecturas propias, identificativas", y por tanto diferentes. Mientras que las iglesias portuguesas muestran unos interiores profusamente decorados, con azulejos, pinturas y estucos, los templos extremeños son mucho más sobrios.

Preguntada por su iglesia favorita, Bravo se decanta por el templo de Sao Joao Baptista de Campo Maior. "Tiene unas trazas venidas directamente de Lisboa, de la mano de arquitectos reales, con lo cual la calidad es infinitamente mayor que otras".

En cuanto al estado de conservación en el que se encuentran los distintos templos indica: "En líneas generales es bueno, aunque hay algún edificio que otro que llama la atención por la dejadez". En su estudio, Bravo ha constatado, además, que "Portugal cuida mucho más su patrimonio que Extremadura". La culpa de esto responde a su juicio a la falta de claridad en las competencias sobre patrimonio. También asegura que "en Extremadura es muy complicado encontrarte una iglesia abierta" al público, al contrario que en el país vecino.

Bravo espera poder seguir investigando en el ámbito de la historia del arte extremeño, ahora que ya es doctora, y aportar así su contribución personal a este campo tan amplio como interesante.