Rosa jugaba ayer al bingo junto a sus compañeros. Se le veía alegre y dispuesta a participar en todo lo que le ofrecieran. Tiene 83 años y llegó al Club de la Memoria de la asociación Alzhéi-Cáceres hace siete años. La llevaron sus hijos después de que comenzara a perder capacidades mentales, aunque ella no se acuerda de ello. No recuerda eso pero sí otras muchas cosas, como que tiene tres hijos (dos varones y una mujer) y nueve nietos; uno de ellos es psicólogo e investiga actualmente sobre la enfermedad que padece su "yeya", como conocen a Rosa en su casa.

De joven vivía en las Casas Baratas junto a su marido, que fue carpintero del ayuntamiento. Ella trabajaba con sus tías peluqueras haciendo trenzas, moños de campuza y poniendo punto de media. Después trabajó con el doctor José Merino como asistenta. El Club de la Memoria le ayuda a mantener sus recuerdos en la mente gracias a las actividades que realizan, de todas, a Rosa la que más de gusta es la escritura. No fue al colegio pero aprendió las letras por sí misma y siempre han sido su pasión. "Me siento muy contenta porque me tratan muy bien. Soy muy feliz, las cosas como son", afirma una risueña Rosa, que pasa las mañanas y las tardes en el club. Por las noches duerme en casa de sus hijos, ya no puede quedarse sola.

Como Rosa, el Club de la Memoria atiende a diario a 21 personas más y espera llegar a la treintena con la apertura del nuevo local en Nuevo Cáceres (calle Avila, número 14) que fue presentado ayer por su presidente, José Luis Lázaro. Tras diez años solicitándolo, el local ha sido cedido por la Junta de Extremadura y en él trabajan una psicóloga, una trabajadora social, tres auxiliares y un conductor que se encarga de traer y llevar a los pacientes; para este año esperan añadir además servicio de comedor. El club dispone de una sala de fisioterapia, dos de estimulación cognitiva, una sala de ocio y descanso, baños geriátricos adaptados y un despacho profesional. Su adecuación ha costado al colectivo 35.000 euros.

Respiro familiar

El Club de la Memoria tiene por objetivo ofrecer un respiro a los familiares que tienen a su cargo personas con alzhéimer u otras demencias. En él se trabaja con los enfermos para el mantenimiento de habilidades sociales y de la vida diaria, además de hacer actividades para ejercitar la memoria mediante la estimulación cognitiva y de ejercicio físico a través de la psicomotricidad.

En el nuevo local se pondrá en marcha también un taller de memoria para personas sanas, con el objetivo de ofrecerles herramientas para ralentizar la aparición de este tipo de demencia. También se darán algunos recursos para detectarla: "El olvido es algo común entre las personas, el problema llega cuando uno no es consciente de que se ha olvidado, por ejemplo, las llaves. La desorientación es otra de las claves de la enfermedad", explica el presidente de Alzhéi-Cáceres, José Luis Lázaro.

Por otro lado, el colectivo celebrará el próximo 21 de septiembre el día mundial del Alzhéimer, con la instalación de mesas informativas en Cánovas. Antes, el día 19 y con el mismo motivo, tendrá lugar un concierto de jazz a cargo de Javier Arroyo en el centro cultural Capitol.