Red Madre atiende actualmente en la capital cacereña a 58 mujeres. En lo que va de año las usuarias han crecido un 30% con respecto al mismo periodo del año anterior, según los datos facilitados ayer por la presidenta del colectivo, Beatriz Uribarri. La asociación se encarga de ofrecer ayuda a madres en riesgo de exclusión o procedentes de familias desestructuradas; les brindan asesoramiento, ayuda psicológica y les proporcionan los productos necesarios para el cuidado de su bebé (les ofrecen atención hasta que su hijo ha cumplido los 24 meses).

El 50% de las mujeres a las que atienden tiene entre 35 y 42 años y un 30% entre 16 y 20 años. El colectivo, cuya sede se encuentra en la calle Islas Filipinas (en el R-66), repartió el año pasado 6.525 potitos y 27.000 pañales entre las 80 usuarias a las que atendió. También reciben ayuda del Banco de Alimentos. "Necesitamos mucha ayuda. De todos los pañales que entregamos solo suponen una tercera parte de los que el niño necesita", explica Beatriz Uribarri.

En la actualidad Red Madre ha incluido dentro de sus servicios asesoramiento laboral. Para ello realizan entrevistas periódicas a las mujeres para conocer sus conocimientos y sus aficiones, con el objetivo de formarlas en inserción laboral. El año pasado lograron que cuatro de ellas encontraran trabajo. "Las animamos y las motivamos para que puedan dar el salto al mundo laboral. El año pasado conseguimos la inserción de cuatro, son pocas pero esperamos poder ir mejorando poco a poco", señala la presidenta.

El trabajo de Red Madre lo llevan a cabo 28 voluntarias. El colectivo sobrevive de las aportaciones de los socios (pagan una cuota mínima de 40 euros y actualmente tiene 62 asociados) y de las subvenciones del ayuntamiento, que concede anualmente a esta asociación 5.000 euros. También de las aportaciones de personas externas. Ayer recibió 1.692 euros de Copreca, una cooperativa de ganaderos que firmó hace unos meses un convenio con Red Madre para destinar a este colectivo parte de la venta de algunos de los productos que pueden encontrarse en la tienda de Santa Joaquina de Vedruna. Con todo, el colectivo alerta de la necesidad de más colaboración.