Nicolás Redondo se mostró visiblemente satisfecho en su visita a Cáceres. "La Dictadura me llevó de cárcel en cárcel hasta que me desterró a Las Hurdes. Pero la gente me acogió con tal cariño, y tengo recuerdos tan buenos como los baños en el río Batuecas, que la condena franquista se convirtió en una de las páginas más entrañables de mi vida", dijo emocionado.