Tantas horas aparcados ante la tele, la Play y el ordenador tenían que producir frutos necesariamente. Unos benéficos: algunos alumnos copian de internet los trabajos que les encargan los profesores. Otros maléficos: en una web han colaborado alumnos de diversos centros cacereños con insultos, amenazas y declaraciones de guerra explícitas. Como era de esperar las gentes de bien se han escandalizado, de esto último naturalmente, y se han dedicado a buscar las causas.

En primer lugar la televisión y la radio. ?Los niños hacen lo que ven y escuchan? Hombre, no será para tanto porque en la tele solamente han oído a Rajoy asegurar que Rodríguez Zapatero es un ignorante, un chisgarabís, un embustero, pero no que le amenace con pegarle.

También han escuchado a Rodríguez Ibarra llamar a un alcalde imbécil, pero no le ha propinado una paliza. Han visto y leído que partidarios y detractores de una refinería llegan al enfrentamiento civil y a dividir dramáticamente una comarca extremeña.

Han presenciado los insultos, vejaciones, amenazas que se vierten en la mayoría de los programas televisivos del corazón y del colon, pero no hay asesinatos. Además, en la radio episcopal española se predica mucho odio y crispación, pero no guerra civil. De momento.

Si hay un problema debe buscarse quien lo solucione. ¿Y quién más adecuado que la policía? Pues, mire usted, no estoy de acuerdo porque ello supondría que Saponi debe subirnos los impuestos, ya que si el nene debe tener un poli en su casa cada vez que se conecte se necesitarán muchos polis. Y no digamos si la poli ha de vigilar la tele que ve un niño, las horas que dedica a los juegos virtuales, sus contenidos, y controlar sus amistades. Afortunadamente hay gentes sensatas que aconsejan: educación, listillo, educación.