Con cierta flexibilidad se puso ayer en marcha el plan de restricción del tráfico en todo el recinto intramuros, medida de la que únicamente se salvan los residentes de la zona y los dueños de negocios y cocheras ubicados en ella.

"Hoy se ha sido un poco tolerante, pues a pesar de que se ha hecho una amplia campaña informativa anunciando que el día 3 de febrero entraba en vigor la nueva normativa, algunos ciudadanos no se habían enterado", señaló el concejal de Movilidad Urbana, José Antonio Villa.

Este desconocimiento hizo que muchos, al llegar ante los pivotes instalados en las entradas al recinto, pulsaran para poder acceder con sus coches pese a no estar autorizados. "Ante esta situación, los responsables de controlar los accesos desde la sala de tráfico de la Jefatura de la Policía Local advertían, a través de los interfonos dispuestos para ello, que se les daba acceso, pero sólo ayer por ser el primer día".

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Para Villa, a la espera de lo que suceda en los próximos días, la primera valoración de la entrada en vigor del nuevo plan "es positiva". Es consciente de que conllevará algún que otro contratiempo, pero opina que todos serán "subsanables", y aboga por la colaboración ciudadana, "de la que dependerá, en gran medida, que todo funcione bien", subrayó.

El concejal recordó que los accesos al casco histórico se cerrarán diariamente a las 11.00 horas, ya que la ordenanza de carga y descarga que se aprobó hace dos años establece que el horario de ésta en la zona monumental es de 08.00 a 11.00 horas, "y esto hay que respetarlo".

Informó, asimismo, que en los próximos días tienen previsto mantener una reunión con representantes de la asociación de vecinos de la zona para hacer una primera evaluación del funcionamiento del plan y estudiar nuevas propuestas, "ya que al parecer los vecinos tienen intención de solicitar que se amplíe la restricción del tráfico a otras zonas de la parte antigua de la ciudad".