La ejecución de la segunda fase del proyecto de revitalización de la Ribera del Marco, en el tramo comprendido entre el puente de los Hortelanos y la avenida de la Universidad (N-521), está pendiente de estudio de impacto ambiental, según manifestaron fuentes de la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT). Esta actuación no termina de concretarse, a pesar de que el convenio para su ejecución se firmó hace tres años, un acuerdo que rubricaron la Confederación del Tajo, que se comprometió a la financiación de la obra con un presupuesto de contratación de 5,6 millones de euros, y el ayuntamiento, que se hacía cargo de la consecución del terreno, un proceso complicado debido a los diferentes tipos de suelos, desde el punto de vista de su ordenación urbanística, que hay en este tramo de la Ribera y que aún no está definitivamente concluido.

El convenio se firmó en julio del 2003 tras el interés del ayuntamiento de ir acometiendo parte del encauzamiento de la Ribera, un plan que se inició en el año 1999 cuando se adjudicó y redactó el anteproyecto y del que, por ahora, solo se han acometido actuaciones puntuales para el acondicionamiento de colectores, principalmente en el tramo comprendido entre la charca del Marco y fuente Fría.

El proyecto interviene en toda la Ribera del Marco, desde Charca Musia hasta la carretera de Trujillo, pero el convenio solo afecta a la última parte, la que está más próxima a la carretera de Trujillo (avenida de la Universidad). El tramo de canal que se encauzaría tendría una longitud de 616 metros, con un ancho de 11,90 metros.

DOS INTERVENCIONES Se prevé una intervención hidráulica y otra paisajística. La primera consistiría en la anulación de los actuales colectores, que tendrían un nuevo trazado y disposición sin contacto físico con el arroyo del Marco, además otro de los objetivos es la adecuación del cauce para garantizar la evacuación de todas las aguas de aportación, para lo que se proyecta un canal flanqueado por dos paseos peatonales, al que se dotaría de pequeños saltos para mantener un espejo de agua y mejorar el aspecto del arroyo.

La intervención paisajística supondría la creación de una zona verde con la regeneración del cauce del arroyo y de los espacios anejos, donde, según la intervención que se proyecta, habría un carril-bici, paseos, una zona ajardinada, además de pasarelas sobre el arroyo.

El proyecto surgido tras la firma del convenio entre la confederación hidrográfica y el ayuntamiento se expuso al público e incluso se recogieron alegaciones, admitiéndose algunas. Sin embargo, la obra, por lo indicado por la Confederación del Tajo, no se ha llegado a adjudicar, ya que está pendiente del estudio de impacto ambiental.

La consecución de los terrenos por parte del ayuntamiento lleva un proceso largo y complicado que se inició hace más de un año y medio. En este espacio de la Ribera confluyen terrenos urbanos, que el ayuntamiento tiene que obtener por expropiación y otros suelos adscritos a sectores urbanizables en el plan de urbanismo en vigor y que se consiguen con el desarrollo de estas urbanizaciones, que son Ronda, ya iniciada, y Nueva Ciudad, que está en el trámite previo al inicio de las obras de urbanización.

PLAN DE URBANISMO Además parte del suelo urbano se había adscrito con la aprobación en 1999 del plan general de urbanismo que está en vigor a nuevos sectores urbanizables, lo que facilita la consecución del mismo, pero con posterioridad una sentencia los volvió a convertir en urbanos, lo que para el ayuntamiento supone ir la expropiación.

Una de las últimas expropiaciones tramitadas afecta a tres parcelas, que se necesitan para el parque y para la servidumbre de paso para la ejecución de la obra de mejora del cauce.