La sustitución de Ciriaco Benavente al frente de la diócesis no será un proceso rápido. La Conferencia Episcopal dio a conocer ayer el minucioso procedimiento para nombrar al obispo de Coria-Cáceres, en el que la Congregación de los Obispos del Vaticano y el Nuncio del Papa en España, Manuel Monteiro, tendrán un papel decisivo.

En síntesis, será el nuncio quien propondrá desde Madrid al Papa una lista de tres candidatos, previa consulta al arzobispo de la provincia eclesiástica y a los obispos de las diócesis sufragáneas, así como al presidente de la Conferencia Episcopal y a algunos miembros del colegio de consultores y del cabildo catedral de la diócesis, con la opción de hacerlo también, según el Código de Derecho Canónico, a religiosos y laicos y clero "que destacan por su sabiduría".

Monteiro tendrá que realizar un informe detallado a partir de un cuestionario confidencial, que hará llegar previamente a las personas que conozcan bien a los candidatos. La Conferencia Episcopal explica también que el nuncio tiene que añadir su informe y tramitar toda la documentación a la Congregación de los Obispos del Vaticano. Estos tendrán que votar para elegir a uno de los tres nombres. Esta elección no será definitiva, ya que tiene que ser ratificada por el Papa. Una vez que Benedicto XVI refrende la elección, el nuncio es avisado inmediatamente y es él quien ha de comunicar el elegido.