Las principales religiones apelaron al "diálogo" en el segundo acto de recepción al Buda celebrado este miércoles en Valencia. Tras la ceremonia civil que tuvo lugar el martes, coincidiendo con el Día de Extremadura, representantes de las cuatro grandes confesiones dieron la bienvenida esta mañana a la efigie, una réplica en jade blanco de la estatua de 40 metros que prevé instalarse cuando se construya el templo budista en la capital cacereña. De esta manera, la escultura supera su paso previo a su llegada a finales de mes al Palacio de la Isla, espacio elegido por el ayuntamiento para instalarla y que sea visitable, tal y como publicó este diario y ratificó de nuevo hoy el alcalde, Luis Salaya, presente también en el acto de esta mañana en Valencia.

En la ceremonia, que tuvo lugar en el edificio del Reloj y se prolongó durante algo más de una hora, intervinieron autoridades locales de Lumbini y Cáceres, y portavoces de las comunidades religiosas. Abrió el turno el alcalde de Lumbini, Man Mohan Chaudary, que agradeció la implicación a las administraciones en la iniciativa y suscribió el compromiso de su ciudad "para hacer realidad" el proyecto. Por su parte, Salaya destacó que la iniciativa es ejemplo de "cómo desde una capital de interior se puede proyectar al mundo" y defendió que el centro budista "servirá de punto de conexión para buscar espacios de entendimiento" y para "difundir la cultura de la paz". "En un momento en el que vivimos al borde del colapso y de la ruptura, surgen los puntos de cambio y este proyecto puede ayudar a eso, pone su granito de arena en esa lucha", manifestó el regidor cacereño.

En sus intervenciones, coincidieron las comunidades religiosas en su mensaje de unión y concordia. Por su parte, Vicente Collado, representante de la comunidad católica apeló a disfrutar del "beneficio espiritual" de la "presencia material" del Buda. El imán Vicente Mota, portavoz de la comunidad islámica, hizo mención al "cambio de ciclo en la historia" y aplaudió iniciativas como esta que aspiran a servir de enlace para la humanidad. Isaac Sananes Haserfaty, de la comunidad judía, insistió en la importancia de conocer otras religiones y culturas para "abrir la mente" y reivindicó que la imagen sirva alcanzar "la espiritualidad que falta". Cerró el turno Lama Trinle Gyamtso, de la comunidad budista, que recalcó que con la bendición del Buda Mahar Karuna, la escultura se "convierte en símbolo sagrado". Subrayó también el gran valor de la escultura y la generosidad de los benefactores e incidió en que al margen del "llamativo" valor material de la efigie, lo más valioso es el "aspecto profundo y duradero" que representa. Concluyó la ceremonia con una oración por videoconferencia de Madam Lwin, el un ritual de bendición a cargo de monjes budistas y un ágape para los asistentes.

Cabe destacar que la escultura está valorada en medio millón de euros y desembarcó en Valencia la pasada semana tras un viaje desde Myanmar por la ruta de la Seda. Mide dos metros y pesa dos toneladas y desde que se instaló para su culto en el edificio del Reloj ha recibido más de 2.500 visitas, confirman fuentes de la fundación Lumbini. La previsión es que, cuando se aclaren asuntos relacionados con la tasación de la figura y los trámites para que pase a ser propiedad del ayuntamiento, la imagen viaje a Cáceres en camión aunque aún no se ha detallado en qué condiciones de seguridad lo hará.