Los proyectos para renovar la imagen y el uso de las plazas de la Concepción y San Juan están listos y ayer se sometieron a su primer examen público, con el arquitecto de la propuesta, Ignacio Dols, como guía. "Les ruego que olviden todo lo que hayan visto u oído y se centren en lo que les vamos a explicar", advirtió antes de iniciar su presentación a la prensa, tras la polémica de las últimas semanas por las reformas.

Dols repasó las principales actuaciones advirtiendo que, mientras que la intervención en San Juan es "un proyecto de mínima invasión", la de la Concepción "es una propuesta más ambiciosa que recoge un anhelo del ayuntamiento desde hace un siglo, que nunca se ha acometido por problemas presupuestarios", aseveró, antes de repasar algunos de los proyectos que distintos arquitectos municipales han encargado desde 1862 para el espacio que hace años ocupó un convento.

"Queremos recuperar la fuente como lo que es, y no el vertedero que es ahora", señaló sobre el elemento que en su propuesta preside la plaza de la Concepción. Es uno de los cambios más importantes, junto con la eliminación del muro de más de cuatro metros que eleva ahora la plaza desde General Ezponda. En el nuevo diseño la fuente se lleva al extremo de la ciudadela más próximo a Barrionuevo, el muro desaparece de su ubicación actual y se prolonga a ambos lados de la fuente (aunque más bajo, de 2,5 metros) y recubierto de hiedra. Tras él se ocultará la puerta del transformador que Iberdrola tiene bajo ya plaza y una sala con el mecanismo de la fuente.

Desde Barrionuevo se accederá por escaleras a la plaza; el resto estará a cota y será un espacio diáfano cubierto de albero, con arboleda y flores. "Las palmeras se llevarán al sitio que designe el ayuntamiento, porque no soportarían los trasplantes, pero habrá otras de más de tres metros desde que acabe la obra", advirtió el arquitecto. Se mantendrán fresnos, jacarandas, almendros y arbustos, y se plantarán flores. "Se mantiene la bancada de granito perimetral, la reja que se hizo para esa plaza y las farolas", señaló. "Y el acceso a la plaza Mayor será por General Ezponda", advirtió.

En el caso de la plaza de San Juan, los principales cambios afectan su entorno: el kiosco se lleva a la confluencia con San Pedro --"coincidimos con él en que es el mejor sitio posible", sostuvo--; la carga y descarga se traslada al acceso a Gran Vía, los contenedores se soterran y el aparcamiento desaparece, para dar más espacio a aceras y terrazas. "Ahora es una plaza de servicio, no para el ciudadano", aseveró Dols.

En cuanto al paseo central, se mantiene la arboleda --"solo cambiarán las sóforas, que Parques y Jardines dicen que están viejas"-- y su distribución, así como el mosaico portugués del pavimento y los bancos, que se girarán para que miren a la plaza. En ella se habilitarán dos senderos de albero que se cruzan en el centro y que permitirán atravesarla. En el extremo más próximo a Gran Vía se creará otro espacio verde con una fuente ornamental y otra para beber y se plantarán flores. Serán principalmente jazmín, romero y santonina, pero también flores de temporada, en una zona, habitualmente "calva", porque no le llega luz.

Las únicas plantas que se eliminan son las del parterre que hay junto al ábside de San Juan, que desaparece. "La humedad está dañando la iglesia", explicó Ignacio Dols. De esta forma, "el ábside presidirá la plaza", dijo.

La alcaldesa, Carmen Heras y el asesor Urbanístico del proyecto Intramuros, Antonio Campesino, asistieron a la presentación. Ambos defendieron al importancia de estas mejoras en la carrera por el 2016. La alcaldesa explicó además que el proyecto deberá ser aprobado por la comisión ejecutiva del 2016 y que esta se convocará, "probablemente" la próxima semana.