Las lluvias del último año han terminado de deteriorar varias de las dependencias del Museo de Cáceres. Su director, Juan Valadés, puso la voz de alarma hace justo ahora un año porque las filtraciones y las goteras eran ya visibles tanto en el exterior como en el interior. Fue en el pasado mes de marzo cuando remitió un informe en el que detallaba la situación que presentaban los dos inmuebles que conforman el museo, el Palacio de las Veletas y la Casa de los Caballos, de los siglos XV y XVI. Sin embargo, la declaración del Estado de Alarma retrasó todos los procesos. No fue hasta junio, con la llegada de la denominada ‘nueva normalidad’, cuando los técnicos de la Consejería de Educación pudieron visitar las instalaciones.

Según el informe elaborado tras un análisis de las dependencias, las humedades afectan a la cubierta, al claustro, al patio, a la fachada exterior y a siete salas de exposiciones, donde las paredes presentan desconchones y las vigas de madera y la carpintería están deterioradas. La causa de las mismas, según se pone de manifiesto, es la falta de limpieza de los canalones, bajantes, gárgolas y de la cubierta, donde se observa el crecimiento de la vegetación y la acumulación de la suciedad, lo que hace que el agua empape los muros exteriores al no poder evacuarse de forma correcta. En el tejado además algunas de las piezas están sueltas o rotas y corren riesgo de desprenderse.

Las lluvias del pasado año y de este no han hecho más que empeorar su estado, llegando las goteras a afectar también al interior del edificio, sobre todo a las salas dedicadas a las secciones de Arqueología y Etnografía, una de las más visitadas de todo el museo.

Ante esta situación la Consejería de Cultura ha destinado 43.197 euros para arreglar las deficiencias. La obra, adjudicada a la empresa Abreu Construcciones SA, comenzó a principios de febrero y durará dos meses. Hasta ahora los trabajos se han centrado en la cubierta, ya terminada, para pasar después a la mejora del interior. En la cubierta se han asegurado las tejas movidas, se han sustituido las rotas y se ha limpiado la suciedad acumulada y la vegetación. También se han adecentado los canalones, gárgolas y bajantes para permitir que pueda evacuar el agua.

A partir de ahora la actuación pasará al interior del edificio, donde se picarán los morteros en mal estado y se procederá al pintado de los muros con pintura a la cal, lo que va a permitir la evaporación de la humedad que pueda llegar a las paredes. También se lijarán y pintarán las vigas de madera afectadas y se sellará la carpintería de madera afectada.

Precisamente estos problemas de humedades su director, Juan Valadés, lo achaca a la falta de mantenimiento ante la futura reforma integral, presupuestada en más de 8 millones de euros y que lleva aprobada ya 26 años. Parece que habrá que seguir al menos otro más porque los Presupuestos Generales del Estado tampoco lo contemplan para 2021.