El tópico «pagan justos por pecadores» se adapta como un guante al problema de los resaltos en el casco urbano. Se ha abusado de este elemento para obligar a los conductores a levantar el pie en tramos rectos de avenidas amplias, pero su empleo no es correcto. «La persona que va a una velocidad adecuada tiene que sufrir estos obstáculos, además mal construidos en su mayoría, porque incumplen las medidas reglamentarias de altitud y penetración», lamenta el portavoz de las autoescuelas.

«Para las ambulancias supone un notable retraso e incomodidad cuando llevan una urgencia, también para otros servicios», recuerda Francisco García. «Esto es como poner todas las carreteras españolas a 30 km/h. No habría accidentes, pero tampoco fluidez. No parece lógico». A su juicio, la solución pasa por extremar la vigilancia en ciertos puntos o aplicar otras alternativas».