Los vecinos del residencial Universidad están dispuestos a movilizarse si el ayuntamiento no abre los locales municipales que les cedió para que se instalaran tiendas en el barrio. Están cansados de tener que trasladarse al centro de la ciudad para comprar una barra de pan o tomarse una cerveza, porque en ninguna de sus calles existe una multitienda o un bar. Están dispuestos a echar un pulso al gobierno local y luchar por lo que se les prometió. "Estamos muy cabreados. Ya hemos hablado de hacer manifestaciones públicas si no salen las cosas como se prometió. Pasa el tiempo y aquí nadie dice nada", explicó a este diario el presidente de la barriada, Luis Fernando Figueroa.

En abril, el ayuntamiento consiguió que la empresa urbanizadora Magenta les cediera dos locales situados en la calle García Lafuente. Después, el consistorio decidió entregárselos a la barriada para que uno de ellos fuera utilizado como sede vecinal y el otro para instalar alguna empresa que diera servicios a la zona.

NI RASTRO

Desde entonces, nada se sabe de ellos pero los vecinos esperan que se abran sus puertas como agua de mayo. Al parecer, según explicó el presidente del colectivo vecinal, el problema es que los técnicos municipales negaron su apertura al elaborar un informe en el que afirmaban que los locales no cumplían con las condiciones necesarias para abrirse. Obligaban, con ello, a realizar una serie de reformas de las que ahora "nadie" se responsabiliza.

"No se entiende el retraso. En 2004 ya se hizo un informe para que estos locales se pudieran utilizar. Tuvimos que esperar hasta abril para que los cedieran y ahora no se pueden abrir. Alguien tendrá que solucionar los problemas pero no sabemos si tiene que ser el ayuntamiento o Magenta", dijo el presidente, Luis Fernando Figueroa. Los vecinos han solicitado en varias ocasiones una reunión con el gobierno municipal, pero aún no hay fecha: "Nos dicen que será en breve, pero concretado no tenemos nada", asegura Figueroa.

Muchos pensaron que la cesión de estos locales sería el primer paso hacia la recepción de la barriada, pero no lo ha sido. Desde su construcción los vecinos de Residencial Universidad no han parado de luchar por sus viviendas. Años de litigios para conseguir que sus hogares no fueran derruidos --al principio se construyeron en suelo no urbanizable--. Han conseguido ganar la batalla. Ahora saben que sus casas son legales porque así lo confirmó el TSJEx, pero siguen esperando la llegada de servicios imprescindibles para ellos. Mientras tanto, el barrio continúa sin ningún servicio.