Los vecinos del Residencial Universidad reclaman al ayuntamiento que se ocupe del mantenimiento de las zonas verdes de la barriada. Los vecinos de esta urbanización situada en la ladera de la Montaña se quejan de que en los últimos meses --algunos hablan de cerca de un año-- nadie se ha hecho cargo de eliminar la maleza en la zona, y afirman esta empieza a "campar a sus anchas" en el vecindario, según explicó a este diario Agustín Escribano, uno de los residentes en la zona.

El, como otros de sus vecinos, han optado por atajar parte del problema; concretamente el que les origina los árboles plantados en el acerado que hay delante de sus viviendas, y que crecen hacia el interior de sus viviendas.

"Periódicamente los vecinos vamos cortando las ramas para que la resina que desprenden los árboles no caiga en nuestros patios", añadió. "Precisamente estos son los árboles que mejor están, porque casi todos regamos los patios y algo se les filtra. Pero la zonas verdes están en realidad amarillas", agregó señalando la zona de recreo próxima a su vivienda, repleta de maleza que supera el medio metro de altura, y de setos convertidos ya en árboles por el abandono. "Ya atendemos los árboles de la calle, pero de esa maleza ya no podemos hacernos cargo", apostilló con ironía.

LIMPIEZA E HIGIENE Los mismos vecinos reconocen que lo que se ha desatendido es el cuidado de las zonas de esparcimiento de la barriada, ya que afirman que los barrenderos pasan con regularidad por las calles, al igual que los demás servicios. Por eso lo que reclaman es que se atienda debidamente, sobre todo, el mantenimiento de las zonas infantiles. Esto es: que se corte la maleza y se habilite el riego automático, que se retiren las cacas de perro de las zonas infantiles, que se reparen los columpios estropeados, y se pongan en funcionamiento las fuentes que se instalaron en las zonas de recreo infantil "y que nunca han tenido agua", añadió este vecino.

Junto a esa fuente se encuentra una pista de petanca que ha acabado convirtiéndose en un pipican improvisado en el barrio, y justo al lado los juegos infantiles. Los vecinos, la mayoría jóvenes y con hijos pequeños se quejan de que la falta de higiene en esa zona supone un riesgo importante para los niños.

Entre la resignación y la indignación. Así se muestran los residentes en esta urbanización, que a la queja de las deficiencias en el mantenimiento se unen otras que vienen reivindicando desde que llegaron a sus casas, hace cinco años. "No hay ni una tienda, ni un bar o una terraza en la que salir a tomar algo, y los accesos son peligrosos y sin visibilidad", indicó otra de las vecinas, Montse Manzano. Y apostilló "no tenemos los servicios de los ciudadanos a pesar de que pagamos los mismos impuestos".