Los propietarios de La Cañada también reiteran en su escrito una carencia denunciada desde hace meses: su aislamiento. "No existe conexión con la ciudad, salvo en coche o autobús, es decir, no podemos salir andando sin evitar el enorme peligro que supone el arcén de dos carreteras, una regional y otra nacional. ¿Llevamos atados a los niños?", inquieren.

El acceso, según critican, "ha sido ubicado en el lugar más inadecuado, un cambio de rasante, un carril central de incorporación y un lío de carriles de entrada y salida que no aconsejamos a los conductores nóveles".

Tampoco hay contenedores de papel, vidrio o pilas. La mitad de las farolas "están estropeadas" y los jardines presentan "un estado lamentable", aunque Canal de Isabel II ha iniciado su arreglo.

Los dos edificios públicos se han deteriorado sin haberse estrenado: "Hay cristales rotos y ventanas destrozadas". Uno podría servir de sede vecinal y otro estaba destinado a guardería. Tampoco existen pistas deportivas.