Desde hace unos meses, nuestra querida plazuela de Santiago está siendo objeto de diferentes actos vandálicos y obras sin cuidado que, unidos a la desidia del cuidado de adoquines y limpieza, la han convertido en un rincón sucio y poco adecuado a una ciudad Patrimonio de la Humanidad", así define en un correo electrónico la situación en la que se encuentra la zona la asociación de Scouts San Yago, cuya sede se sitúa enfrente de la iglesia de Santiago.

Y es que la asociación, "hartos del mal estado" de la zona sur de la ciudad monumental, ha tomado cartas en el asunto y ha decidido llevar a cabo una campaña vía e-mail para concienciar a los ciudadanos y con la esperanza de que "con el boca a boca pueda llegar este mensaje a los responsables del ayuntamiento", explicó Elena Comín, monitora de la asociación.

A las quejas de los scouts se unen las de los residentes de Santiago: "Es una vergüenza la situación en la que lleva nuestro barrio hace un par de años", ese es el sentimiento vecinal generalizado. Las denuncias no son nuevas, este diario ya se hizo eco de las mismas en octubre del 2008, cuando lamentaban el desorden del tráfico y la suciedad acumulada. El ayuntamiento se comprometió entonces a arreglarlo, pero un año después la situación no ha cambiado.

Los vecinos se lamentan a día de hoy de que esta situación es "inaguantable". La suciedad que presenta tanto la iglesia como el parque anexo a la misma se deben, en parte, a la celebración de los botellones , "el ayuntamiento limpia a fondo la plaza mayor, pero casualmente se olvida de la plazuela de Santiago", explicó Francis Domínguez, propietario del restaurante El Madruelo. Enrique García, dueño de el bar La Chicha, situado justo en frente del parque, se queja de que no puede sacar la terraza de su bar porque "el olor a orín se hace insoportable".

Todo este paisaje se completa con el "mal estado del empedrado", fruto del tránsito de vehículos "que aparcan en cualquier lugar e impiden muchas veces que podamos pasear tranquilamente por las calles", y con las pintadas en las fachadas de las casas.

"Es una pena que esté así porque es una iglesia que tiene muchos visitantes, sobretodo peregrinos que vienen por el camino de Santiago, y cuando llegan y la ven así les entrarán ganas de llorar", explicó Luis García Marín, miembro de la comisión que gestiona la asociación de vecinos de la ciudad monumental.

Por su parte, el concejal de Desarrollo Local e Infraestructuras, Miguel López, reconoce el mal estado del asfalto y asegura que "una vez pasada la feria se mandará una brigada de obras para proceder a su arreglo", en cambio, en lo que respecta a la suciedad, asegura que el servicio de limpieza de esta zona se cumple con normalidad, pero, según López, "una ciudad no es más limpia porque se limpie más, sino porque se ensucie menos".