Afrontar la crisis desde una gran factoría como Catelsa es más que complicado. No basta con aguantar el bache: le afecta la coyuntura internacional, los cambios en la economía mundial, lo que ocurre en países a miles de kilómetros y las decisiones políticas de todos los ámbitos. "Resulta difícil de controlar, hay que anticiparse y sobre todo, ante todo, saber amoldarse a los cambios, tener mucha flexibilidad", explica Marcelo Muriel, gerente desde 1977 de una de las pocas industrias que existen en la provincia cacereña. El problema es que esta crisis "no puede considerarse como una más, es distinta y por tanto debemos adaptarnos a la nueva situación que viene", reconoce.

Catelsa Cáceres SA fabrica piezas de caucho y termoplástico para la industria del automóvil. Tiene 285 trabajadores, una responsabilidad que pesa mucho a la hora de lidiar con las vacas flacas . Pertenece al grupo francés Hutchinson, con más de cien empresas dedicadas al caucho y derivados por todo el mundo. De hecho, la planta cacereña exporta el 70% de su producción fuera de España. La globalización, el traslado de los procesos de fabricación a los países del Este y Oriente, las nuevas competencias, los mercados emergentes... Todo forma un cóctel complicado que condiciona a esta industria ubicada desde 1973 en Las Capellanías.

ERE temporal superado

Aunque la fábrica recibió el primer envite de la crisis en 2008, lo superó con un ERE de reducción del tiempo de trabajo durante tres meses. "De hecho hemos pasado peores momentos, situaciones durísimas en la primera etapa de la empresa", recuerda el gerente. El mayor problema es lo que está por venir... y así lo teme Marcelo Muriel.

"No se trata de una crisis pasajera, hablamos de una crisis global con sus variables, y lo que viene detrás será peor. Hay que hacer los deberes para adaptarse a la nueva coyuntura, no vale con agachar la cabeza y esperar a que escampe", explica. En el caso del sector de Catelsa, el automóvil, las ayudas públicas han reactivado "falsamente" la venta de coches, "porque el poder adquisitivo no se ha incrementado". Por tanto, cuando desaparezca la ayuda y suba el IVA, dos circunstancias próximas, "vamos a ver qué pasa", recela el gerente. No obstante, Catelsa y su grupo, y en general su sector, intentan prepararse para ello.

"La innovación, la creatividad y el saber acoplarse a las nuevas situaciones son las claves de cualquier empresa, sea grande, mediana o pequeña, a la hora de superar las adversidades", afirma el gerente. Catelsa sabe que el futuro pasa por abrirse a otros ámbitos internacionales, por tender hacia nuevos modelos de automóviles, "por innovar en gamas de productos y en la forma de hacerlos, por captar nuevos mercados y llegar a otros clientes", indica el empresario.

En el horizonte también hay buenas perspectivas, aunque se hacen esperar. "El desarrollo del norte de Africa será un punto estratégico para nosotros, creará un mercado adicional próximo a Extremadura, a sólo cinco horas, con muchas posibilidades --reflexiona el gerente--. Desplazará la gravedad de las empresas, ahora polarizada en el Este", concluye.