La psicosis internacional por el avance de la neumonía asiática también ha llegado a la capital cacereña, donde algunos restaurantes chinos han sufrido sus efectos y han visto cómo su clientela se ha reducido en los últimos meses. Así al menos lo explican desde el Gran Muralla, uno de los locales más tradicionales de Cáceres, situado en la avenida Virgen de la Montaña. Sus propietarios aseguran que "la gente tiene algo de miedo" y que el negocio ha bajado.

Los padres de los dueños residen en Shangai, donde la neumonía apenas si ha tenido efecto. "A mi familia no le ha afectado. Llevamos 12 años en Cáceres y hay muchos clientes que conocen a mis padres, nos preguntan por ellos y se interesan por su salud", subrayan los propietarios.

Aunque algunos restaurantes sufren más pérdidas que otros, lo cierto es que los cacereños que acuden a los locales preguntan de forma constante sobre este asunto y se interesan por el avance de la enfermedad. Esto no sólo sucede en Gran Muralla, también pasa en el Pekín, otro de los más tradicionales de Cáceres.

EL CASO DEL PEKIN

En la ciudad hay dos Pekín, uno en Antonio Hurtado y otro en Virgen de la Montaña. Los dos son propiedad de Han Xiong Zhenng Peng, natural de Zheijiang, que lleva 16 años en Cáceres. Este restaurante es una de las excepciones. Su dueño asegura que la neumonía asiática no ha supuesto pérdidas en su negocio, aunque reconoce que la pregunta habitual durante los últimos meses se refiere a la neumonía.

Han Xiong explica que sus padres residen en China, pero que viven en un lugar muy alejado de donde se ha desatado el virus. Igual que el resto de restaurantes, asegura que todos los productos son autóctonos de Cáceres y que no hay nada que venga de fuera.

Lanza un mensaje de tranquilidad y dice que en la ciudad no existen problemas: "Todo lo que compramos es de primera calidad para el cliente. Yo mismo reviso las frutas y las verduras, acudo a los almacenes y compruebo que sean buenas. Nuestros productos son cacereños".