Fumarse un cigarrillo en un bar, un restaurante o una discoteca tiene poco a poco los días contados. De hecho, en poco más de cuatro meses, será un hábito prácticamente prohibido en unos 150 locales cacereños de hostelería --todos aquellos que tengan más de 99 metros de superficie útil para clientes--, a no ser que creen zonas específicas para fumadores. Al resto, los de menos de 99 metros, sólo se les obligará a decidir si se fuma o no en su interior y anunciarlo en la entrada con un cartel informativo.

El proyecto de Ley de Prevención del Tabaquismo, que pretende aprobar el Gobierno de Zapatero en los próximos meses para que entre en vigor en enero del 2006, afectará por ello de forma decisiva al sector de la hostelería. El borrador de la normativa prevé prohibir el consumo de tabaco en todos los locales de ocio de más de 99 metros de superficie, aunque permitirá que acondicionen áreas con humo que no superen el 30% del espacio destinado a clientes. Esa zona deberá estar separada físicamente del resto del local y con extracción independiente de aire.

EL 20% DE NEGOCIOS En Cáceres, esta medida afectaría a casi 150 locales, entre cafeterías, restaurantes, pubs y discotecas, que son los negocios de hostelería que tendrían aproximadamente estas dimensiones de los 510 que funcionan en la ciudad, según datos de la Sección de Actividades del ayuntamiento.

Todos ellos tendrán que hacer obras para adaptarse a la normativa, con el riesgo además de ser sancionados, si permiten fumar, con multas que van desde los 601 a los 10.000 euros.

Entre esos posibles negocios que se verán afectados están Gran Café, la cafetería Acuario o El Puchero. Los responsables de estas empresas ya se han empezado a plantear la cuestión para que no les coja por sorpresa, aunque todavía no han echado números de cuánto les costarán las reformas.

En Acuario (avenida de España), por ejemplo, se dejará planificada parte de la instalación que se necesitará para adaptar la cafetería a la normativa aprovechando las obras de remodelación que sufre actualmente. "Lo vamos a quedar previsto para que después no cause muchos trastornos, aunque todavía no está muy definido qué tenemos que hacer", explica Sergio Márquez, uno de los propietarios.

Este, como otros empresarios consultados por este diario, se muestran disconformes con la nueva legislación en sus actuales términos y asumen los cambios con disgusto. "Todos los locales deberían medirse con el mismo rasero, no porque se tengan más o menos metros, y encima nosotros seremos los culpables si se fuma en el local. No es justo", afirma tajante Márquez.

APLICACION PROGRESIVA Pablo Bravo, gerente de la cadena de restaurantes cacereños El Puchero, asegura que la aplicación de la ley debería ser "progresiva" y que, en general, será "negativa" para el sector porque supondrá unos "costes altísimos".

Todos los negocios de esta firma se verán afectados por la nueva ley, ya que superan los cien metros de superficie. En algunos casos, su aplicación será menos traumática, como en el local de la plaza Mayor porque ya tiene dos comedores separados para fumadores y no fumadores. "En este local tenemos parte del trabajo hecho, pero en otros hay que hacer importantes cambios", explica Bravo.

La cafetería Gran Café también dispone desde hace un año de un pequeño rincón sin humo en uno de sus dos salones. Sin embargo, en el 2006 teóricamente tendrían que cambiar las tornas: la mayor parte del local debería ser sin humo y en otra más reducida se permitiría fumar.

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