TEtl pasado jueves el jurado hizo pública la lista de ciudades que finalmente optarán a ser Capital Europea de la Cultura en 2016. Superada ya la tristeza de los primeros momentos por no ser designados, y transmitidas nuestras felicitaciones a las finalistas, cabe hacer balance del camino recorrido a lo largo de estos siete años.

Gracias a Cáceres 2016 se ha logrado mejorar la repercusión y la imagen exterior de Cáceres, así como ligarla definitivamente a la cultura. La candidatura ha impulsado importantes proyectos que de otra manera no podrían haberse llevado a cabo, incluyendo nuevas infraestructuras y un notable enriquecimiento de la agenda cultural de la ciudad. Cáceres ha ganado dinamismo, y a partir de ahora es vital que esta actitud no sólo se mantenga, sino que además se estimule.

El pasado lunes la delegación de Cáceres defendió ante el jurado que la de Cáceres era la candidatura de la ilusión, del compromiso, del apoyo popular. Ese era uno de los requisitos más importantes a la hora de designar a la futura Capital Europea de la Cultura. Lo cierto es que Cáceres ha sido un verdadero clamor en los últimos meses. Cáceres 2016 ha evidenciado la fuerza y el compromiso de los cacereños, y su capacidad para movilizarse e impulsar grandes proyectos colectivos.

La decisión del Jurado ha sido dura para todos. Pero no debe significar un punto y final, sino un punto y seguido. Cáceres 2016 ha sido fruto del trabajo colectivo por encima de los colores políticos. Ha sido un proyecto compartido por los principales partidos locales y regionales, que comenzó el anterior equipo de gobierno y que continuó la nueva corporación a partir del 2007 con el mismo empeño. Como señaló el jueves el presidente de la Junta de Extremadura, Cáceres 2016 ha sido el primer proyecto colectivo en el que se ha trabajado conjuntamente y con pasión en Extremadura. Ese espíritu debe prevalecer.

Cáceres 2016 también ha permitido, por primera vez, que la ciudad y la región se hayan lanzado a competir sin complejos con el resto del país. Muchas ciudades españolas se han fijado en Cáceres, han seguido de cerca su evolución y han felicitado al Consorcio por muchas de las iniciativas llevadas a cabo. De hecho, durante estos días, numerosos medios de comunicación han recogido las declaraciones de los responsables de otras candidatas extrañándose por la ausencia de Cáceres en el grupo de las finalistas.

El jurado ha tomado su decisión, y eso no se puede cambiar. Pero ahora Cáceres y Extremadura deben tomar otra igual o más importante. Cabe la posibilidad de lamentarse por la mala suerte y caer en el inmovilismo. Pero también es posible levantarse, recuperar la ilusión con nuevos proyectos y luchar por el futuro de Cáceres y de Extremadura. Es el momento de ser valientes y, entre todos, seguir trabajando para alcanzar nuevas metas. Ese sería el mejor legado de Cáceres 2016.