Cuando se aproxima un nuevo año es tiempo de balance y propósitos. Por ello, a pocos días de que expire el 2008, cabe hacer una reflexión sobre la situación actual de la candidatura de nuestra ciudad a la Capitalidad Cultural Europea en 2016.

El 2008 ha sido un año clave. Hemos logrado asentar las bases de un proyecto sólido, con cimientos fuertes y, lo más importante, con la implicación de los cacereños. La participación ciudadana es uno de los criterios más valorados por las instituciones europeas a la hora de tomar la decisión final sobre qué ciudad será capital cultural, y los cacereños, a lo largo de este año, han acogido el proyecto como propio, saliendo a la calle para participar en sus actividades e implicándose en la candidatura.

Las Jornadas de Puertas Abiertas, impulsadas con gran éxito desde el Consorcio, han sido un instrumento eficaz para acercar Cáceres 2016 a la gente. El 2008 ha sido el año de la participación ciudadana y el 2009 será el año de la dimensión europea del proyecto.

Nuestro reto para estos doce meses será el de ser capaces de dotar a nuestra candidatura de espíritu europeo, de acercar la realidad de Europa a los cacereños y de desarrollar un programa cultural coherente.

En este sentido ya hemos dado un paso de gigante en comparación con otras candidaturas. Disponemos de un eje estratégico claro y preciso que guiará el día a día de Cáceres 2016. El pasado mes de junio estuvimos en la sede del Parlamento Europeo presentando nuestro proyecto y reivindicando el papel de Cáceres como puente entre Europa y América. Cáceres y Extremadura han estado durante siglos ligados a la Historia de ambos continentes. Ilustres cacereños y extremeños dieron su vida por acercar a los dos mundos, hasta entonces desconocidos.

Por ello, la esencia de nuestra ciudad y de nuestra región comparte una doble impronta europea y americana. Para esa tarea tenemos la suerte de contar con el importante legado de un monarca europeísta, que fue el primer gobernante que concibió la visión de una Europa unida y abierta a América. Hablamos, como no, del Emperador Carlos V, de cuya coronación se cumplirán 500 años en 2016. Su figura, indispensable para entender los cimientos de la cultura europea, será uno de los pilares de nuestra candidatura. Sus vínculos con nuestra tierra son más que evidentes y, en esta tarea, contaremos con el apoyo y la experiencia de la Academia de Yuste.

Por lo tanto, afrontamos el nuevo año con las ideas claras y con la convicción de que el proyecto del 2016 puede servir para que nuestra ciudad recupere el tiempo perdido y para que demos un salto cualitativo para el desarrollo, el progreso y el bienestar de nuestra ciudad. Será posible si todos y cada uno de nosotros compartimos la dirección en la que caminar; si mantenemos al margen las desavenencias políticas; si gestionamos bien los recursos de los que disponemos; y si trabajamos con una visión internacional y global del proyecto.

La esencia del 2016 no es tanto recibir el título de Capital Europea de la Cultura, sino que todos los cacereños y, por extensión, todos los extremeños, seamos capaces de buscar los que nos une, que es infinitamente mayor que lo que nos separa; y podamos trabajar juntos para que nuestra ciudad y nuestra región avancen. Ese sería el mejor legado que el 2016 podría aportar.