Anoche se vivieron en San Marquino momentos de angustia. El reventón de una tubería de 30 centímetros de anchura, que baja directamente de uno de los depósitos reguladores de la Montaña y por tanto con una fuerza considerable, se llevó por delante toda la parte baja de un puente que hace las veces de calle, rompió algunos muros de las viviendas y anegó los sótanos. La casa situada en el número 58 de Fuente Concejo (ya en la subida a la Montaña) sufrió tales daños que quedó precintada por riesgo de que la parte baja pudiese ceder. La del número 56 fue evacuada por el mismo motivo y la familia tuvo que dormir fuera. El agua también entró en el número 54, pero los desagües instalados por los inquilinos en los últimos años permitieron achicarla y minimizaron el daño.

El reventón y las maniobras posteriores para aislar la tubería y poder repararla, así como el cierre de todo el depósito, dejaron anoche sin agua a buena parte de la ciudad durante aproximadamente una hora, con áreas afectadas desde la zona de San Juan y Gran Vía hasta Mejostilla. Aunque los vecinos comenzaron a detectar el problema en torno a las seis de la tarde, aseguran que los servicios de emergencia no acudieron hasta pasadas las nueve. Hacia las once y media de la noche, los técnicos esperaban que el abastecimiento a toda la ciudad quedase ya definitivamente restablecido.

CIERRES Y PRECAUCIONES La zona quedó cortada al tráfico, y policía y bomberos se afanaron en avisar a los numerosos vecinos que se dieron cita en la zona del peligro de derrumbe del puente, y de la necesidad de extremar el cuidado en las casas hasta que fueran supervisadas. De hecho, ayer ya se daba casi por seguro que el puente, completamente horadado, tendrá que ser reconstruido por completo.

La peor parte se la llevó Antonio Carro, su mujer Juani y su hija Marta. Inquilinos del número 56, habían salido de casa por la tarde y cuando llegaron se encontraron toda la parte baja, que hace las veces de sótano, inundada. El agua, al pasar con fuerza por el callejón trasero, había reventado la puerta. "Allí guardamos de todo: muebles, ropa, ordenadores que tienen menos uso... Para cada uno sus cosas tienen mucho valor, y las mías deben estar inservibles. El agua cubre metro y medio", comentaba Antonio resignado. Un bombero entró en torno a las diez para recomendarles que salieran del inmueble, donde los vecinos intentaban dar consuelo a la familia, visiblemente afectada.

De hecho, su mujer y su hija se mostraban bastantes angustiadas por el estado de la vivienda y porque les habían comunicado los bomberos que anoche no podrían dormir en el inmueble hasta que se evalúe su estado. "Iremos a casa de un familiar", explicó Antonio Carro. Al menos la tarde tuvo una buena noticia, porque el perro de la familia, Kala , que estaba en el sótano cuando el agua empezó a cubrirlo, consiguió escapar y trepar por unas escaleras hacia la calle, donde los vecinos observaron desde el otro lado del callejón su maniobra aliviados.

Antonio Acedo, propietario de la primera casa junto a la zona de la avería, que sufrió el derrumbe de un muro bajo y quedó precintada, acudió hacia las diez y media para comprobar la situación con los bomberos. "Afortunadamente está deshabitada, tendremos que esperar a ver los daños", comentó.

Loly Caro, dueña del número 54, que pudo aliviar el agua por los desagües, también se mostraba muy nerviosa. "No imaginas como iba el callejón trasero de agua, eso daba miedo. Hace tiempo ya nos salió el agua desde atrás hasta la puerta de alante".

Tanto Loly como el resto de los vecinos afectaron recibieron el apoyo de la alcaldesa, Elena Nevado, que acudió al lugar hacia las diez de la noche para visitar las viviendas afectadas, ofrecer alojamiento a los vecinos en caso de que fuese necesario y conocer la situación de primera mano. "Cuando la policía me ha avisado ya estábamos aquí, porque causalmente pasaba por Concejo y he visto los coches patrulla que cortaban la subida a la Montaña", explicó. A medida que se fue conociendo el alcance de lo ocurrido, acudieron distintos responsables del equipo local de gobierno, como los concejales de Seguridad, Valentín Pacheco, y de Fomento, Jorge Carrasco, que se entrevistaron con los responsables de las emergencias y los técnicos desplazados al lugar.

"Quienes están trabajando esta noche en la zona realizarán un informe. Estudiaremos qué ha pasado y las medidas que debemos adoptar. Aquí vamos a estar para lo que necesiten los vecinos", declaró en la zona del suceso.

El informe determinará lo ocurrido, pero muchos vecinos coincidieron ayer en señalar que no es la primera vez que se vive un susto así en San Marquino. En realidad se trata de una barriada situada en la bajada de la Montaña, zona de paso de varias tuberías que van de los depósitos a la ciudad, algunas de 40 y hasta 50 centímetros. "Ya se han roto varias veces. Vivo aquí hace 51 años y hemos tenido que sacar el agua a cubos", explicó Angel Domínguez, un vecino, con su nieta en brazos. "En las últimas lluvias fuertes, cuando la granizada de este invierno, tuvimos problemas, pero ya hacía tiempo que no ocurría, y esto ha sido muy fuerte", secundó Loly.

TUBERIA ANTIGUA Según pudo conocer ayer este diario, la tubería que reventó era de fibrocemento, es decir, de un material que no se emplea en las conducciones de abastecimiento desde la década de los ochenta ya que en su lugar se utiliza la fundición dúctil, más resistente. De hecho, el Ayuntamiento de Cáceres ha ido sustituyendo este tipo de conductos con el paso de los años a medida que el presupuesto lo ha ido permitiendo, pero aún quedan redes antiguas. El informe municipal determinará la causa de la rotura y las soluciones a aplicar. Los técnicos realizarán visitas más detalladas a la zona para poder extraer las conclusiones.