Ocho horas sin agua y tres metros más de tubería de fibrocemento sustituidos por otra canalización de función dúctil. El guión de la avería de ayer en la avenida de Antonio Hurtado fue la versión ligth del reventón que hace nueve días hizo saltar las alarmas en San Marquino. En esta ocasión no hubo desalojos, solo las molestias propias de no contar con suministro un domingo por la mañana, y la alarma que causó en algunos vecinos, de madrugada, el torrente que cubría dos carriles de la avenida Pablo Naranjo y que avanzaba por la de Cervantes. Fueron ellos quienes avisaron al servicio de emergencias 112 y la policía local quien alertó después a Canal de Isabel II del problema, que pudo quedar solucionado a la una y media de la tarde.

La avería se originó en torno a las cuatro y media de la mañana, en una tubería de 150 milímetros de diámetro que transcurre bajo el acerado de Antonio Hurtado en el sentido subida. Fue un reventón "considerable", aseguran desde Canal, que al extraer la canalización vieron que el fragmento que se había roto era de grandes dimensiones. Inicialmente afectó al suministro de las viviendas de la calle Covadonga y la avenida Pablo Naranjo, aunque posteriormente, mediante una válvula se pudo limitar el corte al bloque de viviendas de Covadonga.

Desde las ocho de la mañana, efectivos de Canal desarrollaron los trabajos para reparar la tubería dañada. Para ello fue necesario arrancar un árbol situado justo en el tramo afectado, y que una retroexcavadora abriera una zanja de un metro de profundidad y más de tres de largo. El tramo de tubería que se retiró fue de 3,5 metros, lo justo para que quedara unida a otros dos tramos de canalización de fundición dúctil, que ya habían sido renovados con anterioridad.

DETERIORADAS Tanto técnicos de Canal como el concejal de Fomento, Jorge Carrasco, atribuyeron a la antigüedad de estas canalizaciones la rotura de ayer. "Están muy viejas y es normal que se produzca", señaló el edil.

Al igual que en la tubería que reventó en San Marquino, la que ayer se rompió en Antonio Hurtado era de fibrocemento, un material que dejó de utilizarse, entre otros motivos, por su deterioro. El fibrocemento puede liberar además una sustancia tóxica cuando se fragmenta, el amianto, lo que obligó a los trabajadores de Canal a poner en marcha un protocolo especial de actuación para retirar el tubo dañado. Además fue necesario que interviniera también Iberdrola, porque junto a la tubería dañada pasaba un cable de alta tensión, además de una conducción de gas.

Los trabajos en la zona se prolongaron hasta las dos de la tarde. Y poco después, operarios de Conyser se ocuparon de limpiar los restos de barro que el agua había arrastrado por las dos vías más afectadas. La zanja abierta quedó vallada y hoy está previsto que se inicien los trabajos de reconstrucción del acerado.