Lucio Romero, cacereño de 1978, vivió en el edificio de los militares, en las cercanías de la plaza de toros de Cáceres, la ciudad donde tuvo varios negocios de hostelería, como el Gaudí y el Leoncio en Reyes Huertas. Luego se marchó a Fuerteventura y abrió el restaurante Mar Salá. La cocina es una afición que le viene desde chico pero fue en Inglaterra donde realmente se hizo cocinero. Un día de 2014 decidió trasladar sus fogones a Manchester, y no tuvo mal comienzo: el Ibérica, un restaurante de Nacho Manzano, que tiene dos Estrellas Michelín en Asturias, y del que llegó a ser chef ejecutivo.

El inquieto Lucio no tardó en iniciar de nuevo el vuelo, esta vez cerca de Escocia, en el distrito de los Lagos, donde trabajó en el Hotel Gilpin, que también atesora otra Estrella Michelín, que para quien lo desconozca es una forma de calificar a los restaurantes de acuerdo a la calidad, la creatividad y el cuidado que tienen con los platos que sirven en su establecimiento. Solo unos pocos logran destacarse con estos reconocimientos

Después de tres años, hizo nuevamente las maletas. El avión lo llevó hasta Playa de Aro, en la provincia de Gerona. Allí demostró su destreza en el restaurante 119. En Cataluña estuvo durante tres temporadas de verano hasta que decidió regresar a Fuerteventura. En la isla desarrolla su talento como segundo jefe de cocina en el Elba Palace Golf, un hotel de 5 estrellas, que compagina con un negocio propio: el restaurante Origen.

Ha sido desde este establecimiento donde ha participado en el Concurso Nacional y Campeonato Mundial de Tapas de Valladolid, cuyos ganadores se dieron a conocer este miércoles y fueron a parar al cocinero Francisco Javier Ruiz Fonta, de La Jamada de Arrabal, de Burgos, que se ha alzado con el primer premio del XV Concurso Nacional de Pinchos y Tapas por su 'Pollo escalmendrado', mientras que el ganador del III Campeonato Mundial de Tapas ha sido Pascal Etcheverria del Hotel Villa Koegui de Bayona, Francia, por su 'Mejilla de res, zanahorias, paté de pato y Maracay'.El certamen de Valladolid suma tres lustros de vida y cuenta con la participación de 50 aspirantes de 32 provincias en representación de todas las comunidades autónomas. Para optar a la competición primero debes superar las pruebas en tu comunidad autónoma. Eso le pasó a Lucio, que se batió entre 220 establecimientos de toda la isla y se alzó con el premio: 'La tapa de platino', la mejor de Fuerteventura: chipirones en su tinta con una base de algas wakama con crujiente de tinta de calamar y un alioli de pera confitada.

Con la exquisita receta Lucio se fue a Valladolid, de la que se marcha satisfecho porque a este galardón solo optan los mejores y él, nuestro rey cacereño de la tapa, es uno de ellos.