Primero un parque fluvial con carril bici y lagos y más tarde otro con jardines y puentes para conectar con la ciudad. En las últimas décadas la Ribera del Marco ha visto pasar proyectos y proyectos que ideaban salvarla del ostracismo y el abandono. Lo cierto es que veinte años después ninguno de ellos ha llegado a materializarse, bien por financiación o por demoras causadas por la falta de entendimiento entre administraciones. Hasta cuatro alcaldías --incluyendo la última que lleva en el cargo desde mayo-- han mostrado su interés por recuperar la Ribera en sus propósitos para la legislatura y las primeras tres dieron poco fruto salvando puntuales actuaciones para lavar la cara al ‘arroyo madre’.

La maleza, la suciedad y el olvido se han apoderado del cauce. Han sido las reivindicaciones de los vecinos, hortelanos y colectivos sociales de la ciudad han logrado en los dos últimos años avances significativos como la limpieza de un tramo desde Fuente Fría a Fuente Rocha y la creación de una mesa para abordar el proyecto definitivo de revitalización de la zona. Ayer el Ateneo acogió una jornada organizada por Salvemos la Montaña para debatir sobre futuras propuestas. Precisamente sobre el modelo que quiere para la zona se pronuncian los Amigos de la Ribera del Marco. Según expone a este diario Pedro Moreno, su portavoz, el propósito es «un proyecto mosaico», es decir, que aglutine ocio y zonas verdes y que tenga en cuenta el impacto de la futura Ronda Este que parte en dos la Ribera. «Queremos que haya huertas, zonas arboladas, merenderos y zonas de ocio», pone de relieve. En esa línea, descarta que la Ribera cacereña tenga el mismo tratamiento que el cauce del río Guadiana en Badajoz y se convierta en un parque fluvial. «No tiene sentido», asegura.

Carril bici y albercas

Precisamente esta propuesta del parque fluvial fue la que propuso el gobierno de José María Saponi. En 1999 se produjo el primer intento por recuperar el cauce. Los fondos procedían de Europa y parte de la inversión se destinó a asegurar el caudal ante el peligro de inundaciones. En 2002, también con el Gobierno de Saponi, se planteó un paseo con 80 puntos de luz, zonas de juegos infantiles, un templete de música y esculturas artísticas. También incluía el proyecto un carril bici con 500 metros de longitud. La Confederación Hidrográfica del Tajo se sumó a la propuesta pero finalmente no le dio el visto bueno por cuestiones medioambientales. Fue años después, ya con el gobierno de Carmen Heras, cuando estuvo más cerca de llevarse a cabo. Este proyecto contó 36 intervenciones entre las que se encontraban huertas y zonas de baño. Se incluyó en los presupuestos pero los fondos nunca llegaron. En estos años se forjó otro proyecto que también quedó en el camino, Hortolab, un laboratorio hortícola para recuperar cultivos tradicionales ideado en de uno de los incontables esfuerzos por recuperar la zona del Marco y financiado también con fondos europeos. El proyecto funcionó desde 2011 como banco de semillas y espacio de actividades de innovación relacionadas con las huertas pero tampoco consiguió sobrevivir al paso del tiempo. Es otro proyecto fallido y luce abandonado. «Está destrozado», sostiene el portavoz de los Amigos de la Ribera.

Durante el gobierno de Elena Nevado, el ayuntamiento adecentó un tramo tras la negativa de la confederación a hacerse cargo de su limpieza y el actual alcalde, Luis Salaya, reiteró su compromiso en campaña y ha convertido la revitalización del Marco en uno de los ejes de su legislatura. Como primer paso, avanzó su intención de aumentar las huertas de ocio y crear una granja escuela, pero de momento sigue sobre el papel.