La obra de mejora del firme que ayer se comenzó en la calle General Ezponda afecta muy directamente a los escolares del colegio San Antonio que utilizan el transporte escolar. Al no poder acceder los autobuses hasta el centro de enseñanza, los 250 niños que diariamente lo utilizan, unos 60 de ellos de entre 3 y 5 años de edad, han de recorrer a pie, dos veces al día, la distancia que separa el colegio del aparcamiento de Obispo Galarza.

Ante esta situación, que además de una molestia supone un cierto riesgo para los pequeños, tanto los responsables de Autocares Royo como padres de los alumnos afectados, solicitan a los responsables municipales que garanticen su seguridad, "pues en este caso no serán sólo unos días, sino que durante más de un mes los niños, incluidos los pequeños, estarán obligados a caminar más de 300 metros".

La empresa responsable del transporte escolar --así lo indicó ayer a este diario Angel Royo-- ha incrementado su vigilancia. "A los niños les acompañan hasta el colegio los cuidadores que vigilan en los autobuses, e incluso ayudan los propios conductores", pero también han solicitado al ayuntamiento la posibilidad de que se disponga de un agente de la Policía Local para acompañarles en todo el recorrido, demanda a la que suman los padres.