Son 25 alegaciones y 224 firmas de apoyo. Juan Jesús Tato, uno de los vecinos que ha trabajado en la propuesta de mejora sobre el expediente de declaración de Bien de Interés Cultural del poblado Minero, entregó ayer las 25 alegaciones firmadas por 224 vecinos o simpatizantes que piden a la Consejería de Cultura que tenga en cuenta sus apreciaciones, con el objetivo de que se amplíe la zona protegida a "todo el espacio natural que ocuparon la totalidad de las minas que existieron, construcciones, e instalaciones del complejo minero de Aldea Moret, incluyéndose.... el complejo ferroviario, las casas del poblado minero y de otras barriadas... como la de Santa Lucía y la Abundancia... los caminos, los puentes, pozos, ermitas, hornos de cal, parques jardines, hitos de señalización, concesiones mineras, huertas, y otras actividades vinculadas a la forma de vida en la barriada minera", recoge la alegación número 1.

Es la más extensa de las 25 que integran y muestra el espíritu de la propuesta. "La explotación minera no es solo los edificios que aparecen en superficie, sino también los pozos y las galerías que se extienden por el subsuelo", recoge. Propone que además se incluya el complejo ferroviario "que hizo rentable la explotación", así como los restos de "la única muestra que sobrevive de las fuentes de agua potable... que queda fuera de la delimitación de los planos", y concreta que las casas existentes en el actual poblado "solo dieron cobijo a empleados fijos... ".

Las alegaciones se registraron ayer en las dependencias de la Consejería de Cultura en Cáceres, en la plaza de San Jorge. Era el último día de exposición pública según los plazos que establece la legislación. A partir de ese momento se inicia el expediente definitivo para la declaración como Lugar de Interés Etnológico de la zona. Precisamente en base a esa categoría, que reconoce una forma de vida, una cultura y actividades tradicionales vinculadas a la región, piden que el expediente de declaración incluya zonas y actividades que no ven reflejadas en el informe inicial.

El bloque más amplio incluye 17 alegaciones en las que desarrollan y concretan cada uno de los cambios que estiman oportunos. Entre ellas piden que se incluya en el ámbito de protección "la casa rectoral del párroco, anexa a la iglesia de San Eugenio... en le que se creó el orfanato para educar alimentar y vestir a siete niños huérfanos", que se incorporen también la romería y la ermita de Santa Lucía, y las fiestas de Santa Bárbara. "Se celebraba la misa en honor de Santa Bárbara, dando lugar a una procesión con la santa a hombros de los mineros", argumentan en la alegación 13.

En la siguiente, la número 14, explican que las mujeres iban a lavar la ropa a Santa Lucía, Fuente Honda y Fuente Santa (esta última en el camino del ferrocarril) y que en el expediente incoado no aparecen. En las siguientes piden también la protección de la vía del ferrocarril y el puente existente en el camino que conduce a las minas de San Salvador y María Estuardo, construido en 1884; del campo de fútbol levantado por los propios mineros en los terrenos cedidos por la empresa; del cine benéfico abierto en la casa rectoral y del que se conserva la máquina de proyección, el cine de verano, el conjunto de La Cantina --"estas viviendas debieron pertenecer a la mina de la Perla y después de San Eugenio"-- la "escuelita para mujeres" o la "academia Hogar" en la que las mujeres recibían clases de cultura general y corte y confección.

Además piden que el espacio que ocupó el parque del poblado minero, sobre el que ahora se levanta una zona verde de la urbanización Sierra de San Pedro, se restaure, plantando allí las plantas que tenían los mineros: "rosales, toronjil, romero, jacintos, celindas...".

Los vecinos han presentado cuatro alegaciones más en las que piden que se incluya en la declaración la delimitación del entorno protegido y que se establezca una zona de 100 metros desde el punto más exterior. En otro bloque piden que se actualicen los planos existentes de la zona para la resolución definitiva.