Los comerciantes de las calles Pizarro y Roso de Luna apoyan, en su gran mayoría, el proyecto de peatonalización que emprenderá el ayuntamiento en un periodo de seis meses. Los empresarios opinan que esta medida sólo traerá ventajas porque favorece el paseo de los viandantes, y por tanto, las compras de éstos en la zona. Asimismo, los vendedores de Roso de Luna consideran que la calle ganará en espacio, ya que es muy estrecha y entraña peligro para los peatones por la velocidad con la que circulan los automóviles.

De la misma forma, los vecinos de la zona apoyan el proyecto, que conlleva una mayor seguridad y tranquilidad para ellos al reducirse el tráfico rodado.

Sin embargo, los comerciantes auguran que durante el periodo de ejecución de la obra para peatonalizar las calles se producirá un descenso de las ventas, además de las evidentes molestias por el ruido. Por ello, los vendedores piden que las actuaciones se lleven a cabo en un período que no afecte directamente a las ventas, por ejemplo Navidad. También demandan un paso adecuado para que los usuarios puedan transitar con absoluta comodidad durante las obras.

DESPERFECTOS EN LA ZONA

Por otro lado, los empresarios se quejan de que la calle Roso de Luna nunca ha sido reformada y que, como consecuencia, las aceras están "destrozadas", lo que supone un "peligro constante".

Los propietarios de negocios de la calle Pizarro tienen posiciones enfrentadas. Un sector opina que esta medida podrá favorecer las ventas y los beneficios, además de terminar con los problemas de aparcamiento que sufre la zona. También considera que la iniciativa será apoyada por los residentes, que no tendrán que soportar el tráfico continuo de vehículos.

Sin embargo, otros propietarios consultados por EL PERIODICO, como es el caso de un taller mecánico, señalan que el proyecto de peatonalización será su "ruina". Para este tipo de empresas, cerrar la calle al tráfico significa el "hundimiento" de sus negocios. Dicen que un horario de carga y descarga de 9.00 a 11.00 no les soluciona nada, y exigen una alternativa que no termine con algunas empresas de la zona.