Los precios de la droga en Cáceres varían en función de muchos condicionantes: pureza, demanda, posición del camello en la cadena de venta... No obstante, existen unos costes aproximados que barajan los expertos en la lucha contra el narcotráfico, y que en estos momentos no difieren en exceso de lo que se pagaba hace unos años.

La cocaína es uno de los estupefacientes de mayor consumo. Suele llegar a la capital cacereña desde Madrid transportada en coches particulares, pero no se mueven grandes cantidades al mismo tiempo. Su precio oscila actualmente entre 60 y 70 euros el gramo (en el año 2003, por ejemplo, estaba entre 48 y 60 euros), dependiendo de la calidad en cada caso.

La heroína se compra en estos momentos a 62-65 euros el gramo. De cada uno pueden extraerse unas 10 papelinas. Al desaparecer ciertos narcopisos , los propios heroinómanos se ven obligados en muchas ocasiones a desplazarse a poblaciones próximas como Mérida y Plasencia para traer su abastecimiento , según explican los especialistas de la Comisaría.

El hachís entra por Marruecos y llega a Cáceres desde las denominadas zonas calientes del sur, como Huelva, Sevilla o Cádiz, transportado generalmente por los propios marroquíes. Por un gramo, del que cada comprador saca distintas dosis según su consumo, se están pidiendo unos 5 euros.

La marihuana se suele vender en bolsas de 4 o 5 gramos a un precio de 20 euros. Es difícil de combatir porque no tiene rutas de entrada ni grandes redes organizadas. El cultivo generalmente se hace en propiedades particulares a pequeña o mediana escala y la venta se realiza en círculos más bien limitados. Preocupa su elevado consumo entre los más jóvenes.

Sintéticas, por el norte

Las drogas sintéticas llegan a la capital cacereña por el norte, desde ciudades como Bilbao, Burgos o Zaragoza, y por supuesto también Madrid. Las pastillas suelen costar entre 6 y 7 euros la unidad. El cristal, por ejemplo (éxtasis en polvo) oscila entre los 60 y los 80 euros para unas 10 dosis.

El conocimiento de estas rutas y del trapicheo local ha permitido a la brigada cacereña de estupefacientes, creada en 2006, realizar numerosas operaciones en los últimos años hasta el punto de cambiar el mercado local. La unidad está formada por ocho agentes especializados en este ámbito. "Los traficantes no tienen horario de oficina, de modo que nosotros trabajamos a su ritmo, por las noches o los fines de semana, cuando más se mueve la droga", relatan.

No se trata de un trabajo fácil. Aunque las técnicas de investigación se aplican por igual en todo el país, Cáceres es una ciudad pequeña donde los traficantes conocen a los policías y resulta difícil realizar un seguimiento. Por ello se hace esencial la colaboración. "Reiteramos a las asociaciones de vecinos, a los inquilinos de los pisos, a los ciudadanos en general, que garantizamos plenamente el anonimato", subrayan.