"Yo sé ejercer de madre como soy, pero o vas al psicólogo o al terapeuta o nadie te enseña pautas para enfrentarte a las conductas de los hijos en la adolescencia, a las rebeldías o a los problemas con las drogas. Te lo cuenta alguien que entiende o te dejas llevar por tus conocimientos y tu propia experiencia en la adolescencia, que, en realidad, ya no te vale porque las cosas han cambiado".

Este argumento es el que ha llevado a María Salud Valverde, madre de dos niños de 12 y 10 años, a asistir a una de las dos escuelas de padres que el Instituto Municipal de Servicios Sociales (IMAS), a través del programa Urban Calerizo y desde el área de Salud Comunitaria, ha puesto en marcha en el colegio Las Josefinas.

Estas escuelas no son las primeras, la iniciativa funciona desde el pasado año y ya han acudido 140 personas a las clases, que se centran principalmente en ofrecer a los padres orientación para hablar con sus hijos sobre el consumo de alcohol, tabaco u otras drogas que todavía sigue siendo "tabú" para muchas familias, según reconoce Paulina Mata, educadora social y una de las coordinadoras de las escuelas, y para que les prevengan de que deben decir NO , como invita el anuncio de la Fundación contra la Droga.

En una reunión --habitualmente formada por 20 personas, aunque en estas últimas se alcanzan los 30 miembros-- se trabaja con un educador social y con una guía que incluye diez pasos para ayudar a los hijos "a afrontar el desafío de alcohol y las demás drogas". Las sesiones, de hora y media, son dinámicas, las intervenciones de los padres constantes y se enfrentan a situaciones que algún día les podría tocar vivir con sus hijos.

El caso de Patricia

"Patricia es una joven de 16 años que estudia 1ºde Bachillerato en la capital de su provincia. Viaja a diario y regresa por la tarde-noche a su localidad. Su rendimiento académico es bueno y desde hace casi un año Patricia sale con un chico de su instituto tres años mayor que ella. Los padres de Patricia sospechan algo, pero no lo han confirmado hablando con ella. Si saben que es buen estudiante, pero que está siempre en cafetería bebiendo y fumando con otros amigos.Patricia quiere irse a compartir piso a la ciudad con unas compañeras. A los padres no les gusta la idea y no saben cómo afrontar el problema" .Este es uno de los casos prácticos a los que los padres tienen qué responder. ¿Qué harían ellos? ¿Cómo tratarían este problema con sus hijos? ¿Cómo iniciar la conversación?Las preguntas que se plantean coinciden con las dudas más frecuentes de los padres. "Cómo iniciar y afrontar esa comunicación, ese primer acercamiento, elegir el lugar y el momento adecuado, saber cómo responder o si hay que reñir o no es sobre lo que se debate y sobre lo que se orienta en las escuelas de padres", explica Francis Ramos, educador social y otro de los coordinadores del programa.Estas preguntas todavía están lejos para Esperanza Gutiérrez. Su hija es muy pequeña, pero ha decidido asistir a la escuela de padres porque cree que la educación de los hijos debe empezar "desde pequeñitos" y porque considera que "los valores no se pueden transmitir a una determinada edad y de golpe".La guía incide, según explica Paulina Mata, en "trabajar la autoestima, el conocimiento, la comunicación verbal y no verbal, para que los padre puedan afrontar cualquier problema de drogodependencia si existiese y para detectar si un hijo está comenzando a fumar, beber o tomar otras drogas". En definitiva, el objetivo final es que los padres aprendan "una habilidades para hablar sobre el tema, tratándolos de igual a igual, aunque sin romper las normas familiares ni el rol que el padre o madre tengan dentro del núcleo familiar".La asistencia a las escuelas no se produce por igual. Los padres suelen delegar en las madres --aunque en las escuelas de Las Josefinas el número de padres se ha incrementado considerablemente--. "Nos ha llamado la atención que asisten muchas abuelas, que son en muchos casos los cuidadores de los niños mientras que los padres trabajan", resalta Basilia Pizarro, concejala del Instituto Municipal de Asuntos Sociales.Inicios tímidosLa edil también destaca que pese a que los inicios fueron tímidos, cada vez son más las personas que se han ido involucrando en este proyecto. "Hay otros cinco o seis grupos en espera. Cuando han visto que son importantes e interesantes han ido participando más", señala Basilia Pizarro.Para asistir a la escuela de padres no es necesario pertenecer a una asociación vecinal o de padres de alumnos, basta con tener interés por adquirir los conocimientos que allí se imparten y ponerse en contacto con los responsables del programa en el 927 21 23 35.Las personas que por una u otra circunstancia no puedan acudir a las escuelas pueden conseguir la guía en la web

"Cómo iniciar y afrontar esa comunicación, ese primer acercamiento, elegir el lugar y el momento adecuado, saber cómo responder o si hay que reñir o no es sobre lo que se debate y sobre lo que se orienta en las escuelas de padres"

"desde pequeñitos""los valores no se pueden transmitir a una determinada edad y de golpe"

"trabajar la autoestima, el conocimiento, la comunicación verbal y no verbal, para que los padre puedan afrontar cualquier problema de drogodependencia si existiese y para detectar si un hijo está comenzando a fumar, beber o tomar otras drogas""una habilidades para hablar sobre el tema, tratándolos de igual a igual, aunque sin romper las normas familiares ni el rol que el padre o madre tengan dentro del núcleo familiar"

"Nos ha llamado la atención que asisten muchas abuelas, que son en muchos casos los cuidadores de los niños mientras que los padres trabajan"

"Hay otros cinco o seis grupos en espera. Cuando han visto que son importantes e interesantes han ido participando más"

www.urban.caceres.es