Son las 14.00 horas cuando Gabi busca acomodo en la plaza Mayor para disfrutar de la segunda ración de frite de cordero «porque está estupendo», apunta. Mientras, Ana y Beni apuran junto a una de las mesas el plato que cada uno ha adquirido minutos antes por dos euros. «Está espectacular, pero no creo que repita porque son raciones muy grandes», razona él, vecino de la plaza Mayor. Todo esto bajo un sol más que primaveral que acompañó a una de las jornadas más importantes del novenario de la Virgen de la Montaña, por la trascendencia que puede tener para la ansiada declaración como Fiesta de Interés Turístico Regional.

La de ayer era una cita clave del programa de actos de este año, principalmente porque era una de las fechas señaladas por los técnicos para comprobar si el tirón del novenario trasciende lo cacereño, como defiende la cofradía desde hace años (es la tercera vez que optan a la declaración) y como ayer insistían en señalar ante la afluencia de público para probar una de las 6.000 raciones de frite preparadas bajo la supervisión de algunos de los más destacados cocineros de la ciudad: Benjamín Caballero, César Ráez, Javier Martín, Francisco Romero. No faltaron ni los aficionados del equipo de fútbol sala Jaén, que ayer disputaban en Cáceres la final de la Copa del Rey, Aprovecharon la visita para probar también una de las exquisiteces de la gastronomía extremeña. «Está bueno, y por dos euros ya comemos», decían ración y cerveza en mano Pingüi, Sito y Manuel, tres de las decenas de aficionados (inconfundibles con la camiseta amarilla) que se ayer también sucumbieron a la iniciativa.

Desde las 13.00 horas, ni cocineros ni voluntarios tuvieron oportunidad de relajarse. Y eso que en las cocinas profesionales de los chefs ya se habían preparado 300 de los 600 kilos de cordero Corderex que se usaron. El resto, hasta los 12 peroles de 100 y 200 kilos que se usaron, se cocinaron ayer sobre la marcha, con la ayuda de un equipo de voluntarios del módulo de cocina de La Laboral. «Estamos satisfechos con la respuesta a la iniciativa», apuntaba por la tarde el mayordomo de la cofradía, Joaquín Floriano. Sobró poco más de un perol (menos de 200 kilos) que se donaron a los Hermanos de la Cruz Blanca.

La de ayer fue una jornada intensa. Además del frite, continuaba el besamanto y unas 15.000 personas pasaron también por la concatedral, que abría hasta la media noche. Después, tocaban los preparativos para iniciar hoy el regreso al santuario con la ilusión de que , esta vez sí, el novenario deje ‘buen sabor de boca’ y llegue el reconocimiento regional.