Debía cumplir una promesa y la cumplió. Hace cinco años por fin se decidió a sacar lo que llevaba dentro y a hacerlo en público, que es lo más difícil. Así que Pedro Méndez (Cáceres, 19-10-1948), animado por familiares y amigos, hizo su debut en el Amparo en una Semana Santa de hace cinco años. Desde entonces no falta a la cita con la saeta, una afición tardía pero de la que ya no se apea.

Este voluntario todoterreno (es tesorero del Coro Rociero de Cáceres, secretario de la Hospitalidad de Lourdes, colaborador infatigable de los Hermanos Franciscanos de la Cruz Blanca y de la Asociación de Lucha Contra el Cáncer) volverá a los ruedos saeteros este año. El Martes Santo cantará de nuevo ante el Cristo del Amparo (algo que para él significa mucho, no en vano ante esa talla cantó su primera saeta), el Miércoles Santo lo hará delante de la puerta de la Soledad, y el Viernes Santo coincidiendo con la llegada a San Mateo del Cristo de la Expiración.

Pedro Méndez participó en el Pórtico de la Semana Santa, que organizaron las cofradías del Humilladero, del Amor y de la Expiración el pasado 8 de febrero en el Centro de Educación de Adultos. Además, acudió como invitado a la presentación de la Semana Santa en Toledo, y estuvo presente como saetero en el festival organizado en la capital cacereña a beneficio del Cristo del Amor.

En cuanto al escenario que prefiere para sus cantos, "siempre me ha dado mucho respeto, por eso elegí hace cinco años el Amparo, porque la salida era menos concurrida. Ahora ese escenario se ha convertido en mi principal base para cantar la saeta. De hecho, en una ocasión mi participación fue televisada y me vio mucha gente", explica Méndez. Agradece el apoyo que siempre ha recibido de tres saeteros importantes en la historia reciente de Cáceres: "mi gran amigo Juan Borrasca, Eugenio Cantero y Felisa Rodríguez".

Cacereña y andaluza

Canta saeta cacereña, centrada en el sentimiento de los pasos y más recitada, aunque también practica la andaluza. De una forma u otra lo cierto es que Pedro Méndez no solo canta con la garganta, también lo hace con el corazón.