La Sala Municipal de Exposiciones de Cáceres recibió durante el 2004, a falta de las cifras del último mes de diciembre, 29.249 visitas, de las cuales una mayoría, 18.819, correspondieron a visitantes de diferentes comunidades distintas a Extremadura y 3.694 a extranjeros.

Los cacereños se situaron en segundo lugar en el número de visitas, con 4.995 y otros 1.741 visitantes procedían del resto de la región, según los datos ofrecidos por el coordinador de la sala, Juan Luis Gil Rodríguez.

No obstante, la sala municipal, ubicada en la plaza de las Piñuelas, sigue siendo para muchos cacereños la gran desconocida, según su coordinador y la propia concejala de Cultura, Cristina Leirachá, a pesar de acoger en sus instalaciones curiosidades y piezas emblemáticas de la historia reciente cacereña.

Desde una colección de carteles de las ferias y fiestas de Cáceres, el más antiguo de los cuales corresponde al año 1911 que refleja actividades de la época como cucañas, batallas florales o la suelta de "globos y fantoches", hasta los gigantes y cabezudos realizados por el escultor cacereño Eulogio Blasco y que durante décadas animaron las calles de la ciudad.

CURIOSIDADES Para Cristina Leirachá, la sala reúne un conjunto de curiosidades que puede interesar especialmente a los cacereños ya que, más allá del valor económico de sus piezas, que en algún caso también es importante, predomina el valor sentimental de la memoria histórica del municipalismo cacereño.

Enclavada en un edificio cuyos orígenes datan de finales del siglo XV o principios del XVI, y a lo largo de su historia acogió un almacén de muebles, una carpintería y hasta una escuela de magisterio. El edificio fue adquirido en los 90 por el ayuntamiento y en la primera legislatura de José María Saponi, se adecuó para albergar un museo municipal, según recordó Gil Rodríguez.