El portavoz del grupo municipal socialista y candidato del PSOE a la alcaldía, Luis Salaya, aseguró ayer que la mina no entrará en ningún pacto postelectoral y que la posición de su partido es firme: un no al proyecto que promueve la multinacional española Sacyr y la empresa australiana Infinity Lithium, creada para esta actuación. «En los pactos postelectorales, si tenemos que llegar a ellos, hablaremos de lo que tengamos que hablar, pero desde luego la mina no es un tema en el que estemos abiertos a un cambio de posición. Lo hemos dicho por activa y por pasiva», subrayó.

Salaya no tocó el asunto de la mina en el balance que hizo ayer del 2018. En el turno de preguntas sí contestó a lo dicho un día antes por la alcaldesa, Elena Nevado, que afirmó que le preocupa que el PSOE cambie de opinión y que la mina entre en los pactos postelectorales. «Aunque la alcaldesa siga obsesionada con resucitar un proyecto que ha caído en vía muerta con el rechazo del ayuntamiento a la modificación del plan de urbanismo, la realidad es que mientras que dependa del PSOE no habrá apoyo a la mina» para la extracción de litio en Valdeflores, apuntó Salaya.

El proyecto de la mina de Valdeflores estará muy presente en la precampaña y en la campaña electoral. Pese a que con la negativa a modificar el plan de urbanismo se dificulte el proyecto, el expediente sigue su tramitación en la Junta, gobernada por el PSOE. El PP aprovechará la disyuntiva a la que se enfrenta el PSOE, que por un lado anuncia su no al proyecto, pero que por otro está obligado a tramitarlo en la Junta.

EROSKI, SÍMBOLO / En cuanto al balance que el portavoz socialista realizó del 2018, se centró, como los anteriores, en la crítica a la gestión del gobierno de Nevado. Salaya habló de «fiasco» y de «fracaso» en la gestión del ayuntamiento y puso el cierre de Eroski como «símbolo de la decadencia de una ciudad dirigida por un equipo que no tiene rumbo para ella».

La novedad del balance la aportó la política nacional y el protagonismo de Vox. Salaya aprovechó unas declaraciones realizadas un día antes por Nevado, que en la contestación a una pregunta se mostró dispuesta a negociar con Vox tras las elecciones si sus propuestas fuesen buenas y razonables para la ciudad, para atacar a la alcaldesa por «haber elegido a sus compañeros de viaje, que son la extrema derecha,» y por unirse «a la línea más dura del PP» que «está protagonizando el viraje» del partido «hacia la derecha». Para Salaya, lo que se está planteando tras las palabras de Nevado «es una situación que podía resultar nociva para Cáceres».

El portavoz se mostró molesto con la comparación hecha por Nevado cuando la alcaldesa recordó que lo mismo que se había podido llegar a acuerdos con Podemos, PSOE o Cs, también se podría hacer con Vox. «No entiendo que se puedan comparar partidos que no plantean perseguir a nadie ni retrocesos de derechos con otros que sí lo hacen», resumió Salaya, que al inicio de su intervención llegó a decir que piensa que Nevado «se afiliaría a Vox si con ello pudiera volver a gobernar en Cáceres».

Desde el gobierno local se respondió ayer a Salaya al asegurarse que «es irónico que intente dar consejos o formas de hacer política cuando el PSOE se ha echado en brazos de un partido como Bildu o de los que quieren romper España -en alusión a los independentistas catalanes- defendiendo a Pedro Sánchez».