Los ingresos del ayuntamiento se sustentan en tres patas: los impuestos propios, las tasas que se cobran por los servicios que se prestan y la aportación de fondos que proceden del Estado. Salaya y su gobierno se han apoyado en la tercera para presupuestar más ingresos y cuadrar la cuenta que se presenta para 2020. Sus números se debaten en la comisión informativa de Economía que se celebrará el viernes. El presupuesto para 2020 suma 69,1 millones, son 800.000 euros más que el primer documento presentado en diciembre y es algo menos que el de 2018, que ascendió a 69,5 millones y que fue el que se prorrogó con modificaciones en 2019.

Si se cumple el guion previsto, la cuenta se dictaminará a favor este viernes con los votos de los nueve concejales del PSOE, que están al frente del gobierno local, de los tres de Unidas Podemos y del concejal no adscrito, Teófilo Amores. Los también no adscritos Francisco Alcántara y Mar Díaz, integrados en el partido Cáceres Viva, los siete ediles del PP y los tres de Cs votarán en contra.

El presupuesto se empieza a elaborar con la previsión de ingresos. La cuenta de 2020 destaca por una caída en la proyección de la recaudación de la mayoría de los impuestos propios, por la desaparición de los 2,2 millones del canon que pagaba Canal de Isabe II por el contrato de la gestión del agua y por la renuncia a recurrir a otras fuentes de financiación como la previsión de ingresos por la enajenación de suelo o por la concertación de nuevas operaciones de deuda.

Para salvar esta caída en la planificación de ingresos, Salaya y su gobierno acuden a dos vías. La primera se anunció en diciembre cuando se presentó un cálculo de ingresos del impuesto de construcción de 4 millones, que sube hasta 5 con el canon por aprovechamientos urbanísticos. La carta a la que juega el gobierno socialista es que durante este año se podrán iniciar proyectos de nuevos complejos fotovoltaicos que permitirán al ayuntamiento recibir esa cantidad por el impuesto de obras y por el canon.

La segunda carta para salvar la pérdida de ingresos es una mayor previsión de fondos que tienen que venir del Estado tanto por la cesión de parte de lo que se recauda en el municipio de tributos como el IRPF o el IVA como del fondo complementario de financiación. Esa mayor planificación supera el millón de euros respecto a la primera cuantificación hecha en diciembre y es la que permite ahora pasar de un presupuesto inicial para 2020 de 68,3 millones al actual de 69,1, además posibilita compensar el descenso en la previsión de la recaudación del IBI, la piedra angular de la tributación municipal, que en diciembre ascendía a 22,7 millones y que ahora es de 22,1.

LOS GASTOS / Una vez conseguida la previsión de ingresos, se van cubriendo los gastos fijos y el de Personal es el que más sube. El capítulo de las partidas que se destinan a los gastos de personal (órganos de gobierno, eventuales, funcionarios, laborales y temporales) supera en 2,5 millones la previsión que había en el presupuesto de 2018 (prorrogado en 2019). Los gastos de personal se acercan presupuesto a presupuesto al 40% del total de la cuenta. En la de 2020 son el 37,4%. No solo se incrementa con respecto al anterior presupuesto, sino también en relación al documento presentado en diciembre. Hace dos meses se calculaba para el capítulo de personal un gasto de 25,5 millones, ahora son 25,9, un aumento motivado en parte por el incremento salarial del 2%.

Pero no es el concepto de las retribuciones básicas del personal funcionario el que más aumenta, sino las retribuciones complementarias, que son un millón y medio más que en el anterior presupuesto y que en el borrador que se llegó a elaborar de la cuenta de 2019, que no se aprobó.

También se incrementa el capítulo de gastos corrientes y servicios, aunque en menor proporción que el capítulo de personal. Uno de los conceptos que más aumenta en este capítulo es el de los trabajos realizados por otras empresas (aquí están contratos como el del tratamiento de residuos en el ecoparque, la recogida de basura, la limpieza viaria y de colegios o el de la recaudación de ingresos que se presta por el organismo de recaudación de diputación). El aumento en este apartado es de casi un millón.

MENOS DEUDA / Dos de los capítulos del apartado de gastos que bajan son el de las inversiones y el de la amortización de la deuda. Para inversiones hay 3,4 millones de euros. En su mayoría son gastos que se cofinancian con fondos europeos del programa de desarrollo local. Sin nuevas operaciones de crédito que incrementen la deuda y sin la venta de nuevo suelo (hace años que dejó de ser un recurso importante), las posibilidades de inversión son pocas ya que los recursos de impuestos, tasas y Estado van a afrontar los gastos corrientes. La única vía que queda son los fondos europeos, que son los que permiten que la inversión pueda ser aún de algunos millones de euros, y sacar otra parte de los recursos corrientes. Esa partida inicial para inversiones será algo mayor con la modificación que se introducirá en el presupuesto para dotar de financiación obras consensuadas con colectivos sociales, las mismas, por importe de 1,5 millones, se financiarán con los ingresos obtenidos por la venta de suelo en el ejercicio de 2019.

Para amortizar deuda se destinará en 2020 una partida de dos millones de euros. Es casi un millón menos que en el presupuesto de 2018 prorrogado en 2019 al reducirse el pasado año el número de operaciones vivas. Solo hay tres créditos con entidades financieras. También se reduce el pago de intereses de estos créditos. La previsión para este año es pagar 65.000 euros. En 2018 ascendieron a 325.000 euros.

De la cuenta de 2020 destacan otras dos partidas significativas. Una es los 3,2 millones que se destinarán para cubrir el déficit de los autobuses urbanos. Y la otra son los 1,9 millones que van al servicio de bomberos.